Menos de una hora estuvo José Luis Abet Lafuente esta mañana en los juzgados de Caldas de Reis. El presunto autor del triple crimen de Valga llegaba sobre las 10.45 horas a sede judicial para someterse a una prueba de ADN solicitada por el tribunal caldense que instruye la causa. Según declaraciones de la defensa, a Abet se le tomaron dos muestras de saliva con un bastoncillo que fueron precintadas para trasladarlas a un laboratorio. Aunque acudieron varias patrullas de la Guardia Civil por si fuese necesario utilizar la fuerza en la realización de la prueba, finalmente el acusado se sometió a ella de forma voluntaria.

Pasadas las once y media de la mañana, el supuesto autor de la muerte de Sandra y Alba Boquete y María Elena Jamardo abandonaba esposado los juzgados rumbo a la cárcel de A Lama, donde permanecerá unos días hasta su regreso al penal de León.

Según explica el abogado de Abet, Manuel Franco, este tipo de pruebas de ADN "solo están justificadas si existen dudas razonables sobre la autoría de los hechos", por lo que en este caso no cree que vaya a aportar demasiada información. "Según la jurisprudencia del Tribunal Supremo, constituye una violación de la intimidad del interno", añade el letrado. Sospecha que el único motivo en este caso es utilizar las muestras de Abet para los bancos internacionales de ADN sobre delitos de violencia. "Es un registro de personas", agrega.

El año pasado José Luis Abet se negó a realizar la prueba de ADN. Su abogado presentó dos recursos, resolviéndose uno de ellos. "Se intentó hacer por la fuerza en León, pero mi cliente se opuso y dio negativo", relata. Por tanto había que repetir el examen. La Sección 2 de la Audiencia Provincial de Pontevedra dictó sentencia en favor del juzgado caldense, de ahí que esta mañana José Luis Abet fuese citado para tomarle las muestras.

Aunque "los hechos están identificados", Franco no coincide con el relato que de ellos se realiza en la instrucción del caso. "Hay tres puntos que llevan a dudas", comenta el abogado, que basará en ellos su estrategia de defensa para intentar reducir la pena de su cliente.