Implantar transportes alternativos al coche se ha convertido en uno de los grandes objetivos del Concello de A Illa para este mandato. Este mes de septiembre estaba marcado en el calendario como el inicio de una parte del Plan de Mobilidade Urbana Sostible (PMUS), a través del cual se apostará por dar mayor protagonismo a vehículos como las bicicletas, con la instalación de señalización y ampliación de los carriles bici y sendas actuales.

En las próximas semanas se van a llevar a cabo una serie de actuaciones encaminadas hacia ese uso, que pasan por la mejora de la carretera que lleva al faro de Punta Cabalo, la eliminación y sustitución de la pasarela de madera de O Cabodeiro por un paseo en granito granulado y, sobre todo, la mejora del estacionamiento de O Bao, donde se va a crear una estación de bicicletas, para que todos los visitantes del municipio puedan utilizar este servicio para moverse en el interior del mismo. Este último proyecto se encuentra en fase de licitación por segunda ocasión, ya que en la primera el concurso quedó desierto al no convencer a los técnicos ninguna de las propuestas presentadas. La de O Bao no será la única estación de bicicletas, ya que está previsto crear otras dos con sede en la plaza de O Regueiro, el centro neurálgico del casco urbano, y en la entrada del parque de O Carreirón, uno de los destinos turísticos medioambientales más importantes de A Illa.

"Todas esas actuaciones encajan en la idea que tenemos de implantar otra forma de movilidad, en la que el vehículo pase a un segundo plano", explica Gabriele von Hundelshausen, edil de Medio Ambiente de A Illa. La elección del mes de septiembre para comenzar a aplicar la idea de las vías ciclables no es una casualidad, ya que la intención es que alguna de estas medidas se encuentre en marcha coincidiendo con la Semana da Mobilidade. También coincidía con el regreso de los alumnos a los centros escolares, donde se impartiría información sobre la reconversión de la movilidad en el interior del pequeño municipio arousano, pero al igual que otras actividades, la presencia de la Covid-19 ha trastocado sobremanera los objetivos de esta iniciativa.

El proyecto también contempla la adaptación de 14 kilómetros de calles para poder moverse en bicicleta. Además, existirán tres rutas específicas, que suman unos 4.000 metros de longitud, distribuidas por coloress. La ruta verde, de 2.470 metros de longitud (970 de coexistencia con peatones), atraviesa A Illa de norte a sur, con sus extremos en el edificio consistorial y la playa de Camaxe Pequeno.

La senda roja complementa el proyecto de "Camiño Escolar", ya que comunicará la verde con el IES y será de apenas 200 metros. La última de las vías ciclables será la celeste, que comunicará la Casa Consistorial con el campo de fútbol Salvador Otero. En todas ellas, habrá tramos de convivencia con vehículos a motor.