Vilaxoán llora la muerte de Lino José Arcos Salgado, quien fue durante cuatro décadas el máximo responsable de su iglesia, hasta obtener el reconocimiento de párroco emérito de San Martín de Sobrán, donde el sábado por la noche se apagó su vida. El deceso de quien también fue arcipreste de Arousa fue comunicado a los feligreses por el secretario parroquial, Manuel Folgar, a última hora de la noche del sábado.

Sus restos mortales son velados en la iglesia parroquial de San Martín de Sobrán desde las 10 de la mañana de ayer, hasta la misma hora de hoy, momento en que serán conducidos a la capilla del Cementerio de A Pelada, donde se celebrarán los funerales por su eterno descanso a las 11 de la mañana. Seguidamente se procederá a su inhumación en el cementerio parroquial.

Pero, ¿quién fue Lino José Arcos Salgado? "Sabemos que era natural de A Estrada, que tenía 90 años y que se ordenó sacerdote en el año 1956. Pocos saben que sus primeros pasos en la profesión de asistir a las almas los dio como coadjutor en la iglesia parroquial de Santa Eulalia de Arealonga, en Vilagarcía de Arousa", recuerda el profesor Germán Torres de Aboal, quien fue bautizado por Don Lino en ese templo en 1957.

Posteriormente fue designado párroco de Vilanova de Arousa, donde dejó una gran huella. Entre sus legendarias actuaciones en este municipio figura la puesta en marcha de la primera emisora de radio parroquial para toda la comarca, un hito de la comunicación local por su carácter pionero y que dice mucho de su sociable talante.

Conquistando a sus feligreses, Lino Arcos creó una tómbola parroquial para recaudar fondos con destino a la actual iglesia de Vilanova y fue el promotor de la primera Festa dos Maios de ese municipio.

Con el nuevo templo vilanovés ya encarrilado, el sacerdote se despidió de sus feligreses para hacerse cargo de la iglesia de Santa María de Rubiáns, en Vilagarcía de Arousa. Aquí también, además de ser pastor de almas, se puso manos a la obra para mejorar la infraestructura de su templo. Las actuales instalaciones para el culto en esta parroquia son un legado patrimonial de Lino Arcos, cuya relevancia es indiscutible hoy en día.

Los vecinos reconocieron su labor y su dedicación, designando con su nombre una plaza en el lugar de Zamar y le tributaron en vida un sinfín de homenajes.

Pero el destino definitivo de este sacerdote de gran vocación fue la parroquia de San Martín de Sobrán, en Vilaxoán, donde estuvo cuatro décadas, y desde allí ejerció como arcipreste de Arousa.

En Vilaxoán tenía una bellísima iglesia románica, pero había otras necesidades que debía afrontar. Junto con una comisión de vecinos Don Lino comandó las gestiones para el nuevo cementerio parroquial de A Pelada, donde ahora reposarán sus restos mortales.

"En todos los sitios en los que estuvo dejó una importante mejora material. Pero sobre todo destacó por su calidad humana, por su afabilidad. Era extremadamente educado. Recordaba que le debía mucho a los Jesuitas, porque se formó, siendo seminarista, con los Jesuitas en Comillas. Adquirió una gran cultura, el amor por la literatura, por la música clásica y por la cultura en general" puso de manifiesto Germán Torres.

Y ese amor por la música y la cultura hizo que Lino Arcos llegase a crear un vínculo especial con los vecinos de Vilaxoán, pueblo especialmente sensible en el ámbito musical.

De hecho, el coro parroquial es considerado uno de los mejores de la zona. No hay fiesta sin cantos populares entre los vilaxoaneses y es el único lugar de la comarca donde acaban sus principales celebraciones entonando todas las voces junto a las de la Coral Polifónica que años más tarde se bautizaba con el nombre de "Máximo Patiño", su primer director.

"Valoraba las características del pueblo vilaxoanés, la unión que había entre la gente, el espíritu del canto, su amabilidad y no quería marcharse bajo ningún concepto de este lugar. Lo recuerdo con gran cariño y puedo decir que fue mi padre en la fe", añadió Torres.

En materia estrictamente religiosa Lino Arcos Salgado ejerció muchos años como máximo responsable del Arciprestazgo, llegando a ser calificado como arcipreste perpétuo de la comarca de Arousa. Desde este puesto se encargaba del clero de toda esta zona y también fue delegado en la Diócesis. Además fue nombrado miembro nato de la Comisión General Sinodal de la Archidiócesis de Santiago de Compostela.

Arcos Salgado echó raíces en Vilaxoán y nunca quiso salir de esta parroquia tratando de participar, cuando se lo permitía su delicada salud, en todas las celebraciones que se hacían en San Martín de Sobrán.

Ayer por la tarde se celebró una misa por el alma del cura párroco fallecido y esta mañana tendrán lugar los funerales de cuerpo presente en A Pelada.