Los presidentes de la federación de Pontevedra y la gallega coinciden en que en los últimos años ha habido una gran presión extractiva sobre el pulpo, al tratarse de uno de los productos estrella de la gastronomía gallega y de los más demandados por los turistas. Pero ninguno de ellos cree que la sobrepesca pueda explicar el panorama de este verano.
José Antonio Pérez señala que la carestía de capturas se ha producido en toda la costa atlántica gallega y portuguesa, sin distinciones, y que también han saltado las alarmas en Andalucía occidental, otro de los principales caladeros de cefalópodo. "Reducir la veda a un mes no explica lo que ha sucedido este año", al tiempo que añade que en 2019 habían empezado la campaña unas 600 embarcaciones, y este solo lo hicieron 170. Ese descenso de la flota compensaría el menor descanso del recurso. "Una cosa es pescar poco, y otra es pescar nada", sostiene.
José Manuel Rosas, por su parte, admite que, "es cierto que el sector está teniendo una presión importante sobre la especie", pero acto seguido añade que, "eso en absoluto explica lo que estamos viviendo este año", con jornadas en las que algunos barcos vuelven a puerto con las nasas vacías.
Buenos precios
El único consuelo para el sector es que los precios sí colman las expectativas de los pescadores. Los mejores lotes se están pagando en torno a los 13 euros el kilo (el máximo en este mes de septiembre ha sido de 14,40), y la cotización media oscila entre los 9 y los 10.
En la flota ya dan por hecho que la presente campaña no habrá grandes novedades, puesto que sería inviable tanto una veda adelantada como un paro biológico. Eso sí, aprecian que en los últimos días están repuntando tímidamente las capturas.
