Ir al cole con mascarilla durante cinco horas; ver a tus amigos a distancia, sin poder tocarlos; salir al recreo a una zona acotada, por turnos; en fila india para entrar al centro con puntualidad británica y gel desinfectante en las manos antes de cruzar la puerta. La vuelta a las aulas este curso no se presenta muy atractiva para los niños, pero en opinión de algunas Anpas como la del CEIP Anexo A Lomba, en Vilagarcía, "la educación presencial es necesaria". "El Covid está ahí y sabemos que es imposible garantizar la seguridad al 100% porque aún los adultos tenemos descuidos, imagínese los niños. Pero ellos necesitan socializarse. Aunque no tendrán contacto, sí que tendrán relación con los compañeros. Además en casa no es lo mismo, ni el nivel de atención ni tampoco el tiempo", comenta la presidenta de la Anpa, Lourdes Miguéns.
Tanto ella como otros progenitores de la comarca de Arousa están participando estos días en las reuniones informativas a las que los colegios les están convocando para explicarles el protocolo a seguir en cada caso.
Los centros escolares han decidido aplicar medidas para intentar blindarse contra el coronavirus, respetando los llamados "grupos de convivencia estable" en todo momento, tanto en el aula como en el recreo, en los accesos al recinto educativo e incluso también en el comedor y en el plan Madruga. Se trata de que los alumnos de un grupo nunca estén en contacto con los de otras clases.
Lourdes Miguéns asistió ayer a la charla de tercero de Primaria en el Anexo A Lomba, un pequeño centro público situado en el casco urbano de la capital arousana. Sus aulas tienen una media de 20 niños, aunque hay alguna de hasta 15. "Los pupitres van a mantener la distancia de seguridad, de hecho se ha retirado mobiliario; los horarios de entrada serán escalonados, Primaria entrará a las 9.15 horas e Infantil a las 9.25. En Primaria, que es lo que mejor conozco, se harán seis filas, una para cada curso, y el tutor estará esperando en la puerta. Los padres no podremos acceder salvo en casos puntuales como por ejemplo en los de niños con necesidades educativas especiales", explica la presidenta de la Anpa.
"Al entrar hay que limpiarse las manos con hidrogel y habrá una alfombrilla para el calzado", añade. Con respecto a la mascarilla, los alumnos tendrán que llevar una de repuesto, así como una funda o algún otro elemento para guardarla a la hora de la merienda.
En el caso de los niños de tercero, irán primero al patio y tomarán el tentempié después. "Se han organizado tres horarios de recreo; uno para Infantil, otro para primero, segundo y tercero de Primaria y otro para cuarto, quinto y sexto", detalla Miguéns.
Según lo que ella ha observado, "en nuestro colegio se están tomando todas las medidas y las familias estamos de acuerdo, aún siendo conscientes de que la seguridad al 100% no existe", por lo que la preocupación y la incertidumbre están ahí.
El jueves arranca el curso escolar, pero en O Grove las familias del Rosalía de Castro no pierden la esperanza de que sus movilizaciones sirvan para que la Xunta desdoble el grupo de tercero de Primaria, con 25 alumnos. El año pasado había dos unidades, una con 13 niños y otra con 14. Al marcharse dos, el curso se quedó con 25, pero teniendo en cuenta la pandemia, las familias confiaban en que la Consellería mantuviese las dos aulas, pero no ha sido así.
Ana Prol, de la Anpa, advierte de que no hay espacio para mantener la distancia de seguridad entre los pequeños y de que el Concello descarta limpiar el centro por las mañanas. Por ello, padres y niños volverán hoy a salir a la calle, por tercera vez.
