El mes de julio se despidió en la comarca como empezó, con las playas a tope. El último fin de semana, como lo habían sido los tres anteriores, permitió a arousanos y visitantes disfrutar de las zonas de baño marítimas y continentales, desde Pontecesures hasta O Grove, pasando por las de Catoira, Vilagarcía, Cambados, Vilanova y A Illa, entre otras.

Arenales como los de O Terrón, As Sinas, Castelete, San Tomé,. Burato da Londra, Con Negro, Paxareiros, Area Grande y O Carreiro reunieron a numerosos usuarios durante el fin de semana, como sucedió en otros quizás más conocidos, como A Lanzada, A Compostela, O Campanario, O Preguntoiro, O Bao y Area da Secada.

Lo mismo ocurrió en playas caninas como las de O Espiño y O Portiño, en O Grove, al igual que en otros espacios habilitados en la ría para las mascotas, como sucede en Vilaxoán (Vilagarcía).

Con la gran afluencia de público registrada, unas playas y otras consiguieron que Arousa volviera a lucir su mejor imagen turística.

De este modo, y con los atascos que la afluencia de bañistas conlleva, se cierra un mes altamente positivo para el turismo, aunque desde luego menos fructífero de lo que habría resultado de no haber sido por la aparición en escena del coronavirus.

A la espera de lo que pueda deparar agosto, y cuando los hosteleros son cada vez menos optimistas -a tenor de los rebrotes de la pandemia que no dejan de sucederse en todo el país-, el sector turístico resume lo sucedido en julio diciendo que fue "un mes aceptable", dentro de lo que cabría esperar en medio de una situación sanitaria tan delicada.