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Una sonora cacerolada recorre el mercadillo en aras de frenar su traslado

Placeros, feriantes y negocios de Alexandre Bóveda tocan silbatos para reivindicar que la feria "se quede aquí" - Hubo viandantes que se sumaron a la protesta con aplausos

Los utensilios para limpiar el pescado y las bandejas de las básculas sirvieron de instrumentos perfectos para protagonizar una sonora cacerolada en las inmediaciones de la plaza de abastos y del mercadillo de Vilagarcía que se prolongó durante diez minutos ininterrumpidos con el objetivo de reclamar al gobierno local que se siente a dialogar con los placeros para buscar una solución a la reorganización de la feria, ya que están en completo desacuerdo con cualquier alternativa que aleje el mercadillo de la plaza, como por ejemplo la del parque de A Xunqueira que plantea el Concello o la del eje Castelao-Plaza de Galicia-Daviña que pusieron sobre la mesa los vendedores ambulantes.

"El mercado se queda aquí", gritaba uno de los manifestantes, entre el estruendo que creaban varios silbatos sonando de forma simultánea, cacerolas y también palmas de los ciudadanos, que se unieron a la movilización para mostrar su respaldo al colectivo y su rechazo al traslado de la feria del lugar "en el que lleva cien años", recuerdan los placeros. "Son solo dos mañanas a la semana con la calle cerrada al tráfico. Dejar el mercadillo como está tiene más beneficios que perjuicios para Vilagarcía", comentaba el presidente de la asociación de placeros, Juan Carlos López, al término de la protesta, que hoy dará un paso más, con el cierre de los puestos de la plaza y los vendedores recorriendo las calles para informar a los vecinos de la situación y recoger firmas de apoyo.

López cree que los placeros "contamos con el apoyo suficiente de la ciudadanía para reclamar al Concello que recapaciten, que nos escuchen, nos sentemos y podamos llegar a un consenso". Asegura que la redistribución "se hizo de espaldas a nosotros, pues llegamos un día a trabajar y nos encontramos con todo vallado y pintado". "El jueves del pleno de junio el gobierno nos presentó un plano durante diez minutos y nada más", se quejan.

Los vendedores de la plaza tienen claro que "vamos a luchar por lo nuestro, ya que está en juego el sustento de más de 300 familias entre el mercado y la feria". Consideran que con el traslado del mercadillo "se desmantelará también" la plaza, abierta en 1929.

Además de pescantinas y otros concesionarios del mercado, también se sumaron a la movilización -desde sus puestos- vendedores ambulantes, comerciantes de los locales exteriores y de negocios del otro lado de la calle, así como las representantes del Partido Popular Elena Suárez y Ana Granja.

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