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Los estudiantes sufren "menos presión" al hacer la ABAU en Vilagarcía

El protocolo Covid salió a la perfección salvo por los tiempos de entrada - "Aunque éramos 600, no hubo aglomeraciones", dicen los alumnos, satisfechos con que cayese Fernando VII en Historia

El pabellón de Fexdega, en Vilagarcía, se estrenó con éxito como sede de las pruebas de acceso a la universidad. Pese a ser la arousana, con 602 alumnos, la comisión delegada más numerosa de las 45 existentes en Galicia, el dispositivo de organización y seguridad se desarrolló a la perfección, con la salvedad de los tiempos de entrada, que se demoraron más de lo previsto. Así, hubo estudiantes que accedieron a la presentación hasta veinte minutos tarde, al igual que al primer examen. Con todo, el tiempo de realización de cada prueba se mantuvo en una hora y media como está estipulado. La única incidencia reseñable fueron los desmayos que sufrió una alumna, que la obligó a abandonar la sala. Aunque fue movilizada la ambulancia medicalizada, la joven no fue evacuada y pudo regresar a su casa acompañada de un familiar que la fue a buscar.

El pabellón se dividió en seis sectores, y cada uno entraba por una puerta distinta, pero no todos a la vez. Por ejemplo, el IES Castro Alobre accedía por una puerta, el Miguel Ángel González Estévez (Carril) por otra, mientras que los cambadeses Ramón Cabanillas y Francisco Asorey compartían entrada (depende del número de estudiantes por centro). También se examinaron en Fexdega Monte da Vila (O Grove), A Basella (Vilanova), Bouza Brey y Cotarelo Valledor (ambos en Vilagarcía).

Los alumnos, colocados en fila en el exterior, iban entrando uno a uno cuando eran llamados de viva voz. Siempre con mascarilla y las manos desinfectadas, realizaban el itinerario marcado para llegar a sus respectivas mesas, en las que ya estaban sus etiquetas para pegar en cada examen, de forma que se garantiza el anonimato en todo momento. Con esta fórmula para organizar el acceso al pabellón, los estudiantes de un instituto no se cruzaban con los de otros centros, si bien en los descansos sí se formaban corrillos en el exterior.

Los alumnos consultados por este periódico valoran de forma muy positiva la celebración de la ABAU en Vilagarcía, aunque fuese este año de forma puntual con motivo de la pandemia del Covid-19 y probablemente la ciudad no vaya a mantenerse como sede en próximas convocatorias. "Es mucho más cómodo examinarse aquí, y además de tener tu casa cerca, te sientes más segura y con menos presión a la hora de hacer las pruebas, ya que conoces el sitio y también a muchos compañeros de otros institutos de la zona", considera Claudia Iglesias, del IES de Carril. "A la hora de la comida, aún te da tiempo en casa a repasar un poco para la tarde", añade Alexandra Torres, también del instituto carrilexo.

Yago Santórum es estudiante del Asorey de Cambados y la de ayer fue su segunda experiencia en Selectividad: "El año pasado tuve que ir a Santiago y la verdad es que aquí estuve más tranquilo". "Mucha gente vino en coche en grupos o con familiares y otros ya durmieron en Vilagarcía", comenta Antonio Sineiro, del mismo instituto.

El primer examen fue el de Historia, y entre los temas cayeron Fernando VII y la economía del franquismo. "Nos salió razonablemente bien", dicen Laura Costa y Micaela López, dos estudiantes de Carril que quieren estudiar Trabajo Social y Administración y Dirección de Empresas (ADE) respectivamente.

Sin embargo unas alumnas cambadesas lamentaban la parte de economía del franquismo porque "era el penúltimo tema, no lo dimos en clase y hubo gente que no lo estudió", advierte Elvira Rial, del Cabanillas.

La profesora que acompañó a los estudiantes del Asorey coincidían con los chavales en que la cercanía del lugar de celebración de los exámenes es sin duda un punto a favor y que "el equipamiento estaba bien, estaba todo dispuesto correctamente". El único "pero" que apunta la docente es el tiempo que se tardó en que accediesen al pabellón todos los estudiantes, aunque apostilla que es perfectamente comprensible debido a esta numerosa convocatoria, con más de 600 matriculados en O Salnés, y la necesidad de aplicar protocolos de seguridad contra el coronavirus, lo que ralentiza el proceso.

Pese a tratarse de una cita multitudinaria, los pupitres estaban lo suficientemente distanciados unos de los otros y "no se apreciaba sensación de aglomeración", valoran los jóvenes, que agradecen el gesto de haber recibido cada uno una botella de agua. Y es que falta hacía refrescarse en una jornada tan sofocante como la de ayer.

Por la mañana los estudiantes se examinaron de Historia de España y Lengua Castellana y Literatura, mientras que por la tarde tocó de forma simultánea Matemáticas aplicadas a las Ciencias Sociales y Fundamentos del Arte, y después Economía de la empresa y Diseño. Las pruebas continuarán hoy y finalizarán mañana.

El IES Castro Alobre ha cedido sus instalaciones para la custodia de los exámenes mientras no se trasladan a Santiago. El transporte se realiza en camiones blindados. Además, el instituto vilagarciano también ha prestado los 600 pupitres colocados en Fexdega y ha participado en las negociaciones para conseguir que pudiesen examinarse en el recinto de A Maroma todos los estudiantes de O Salnés, no solo los de los centros con la ABAU asignada en Pontevedra.

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