Ricardo Santamaría no tiene queja de las primeras semanas de consumo tras el confinamiento. "Considero que estamos trabajando bien", y achaca los días con poca gente más a la meteorología que al coronavirus. "Junio nunca fue un mes muy bueno, y este año por encima el tiempo estuvo regular".
Sin embargo, los primeros días de julio la afluencia a los locales de hostelería se ha animado aún más. "Hay consumo, y ya ha empezado a llegar el turismo con segundas viviendas en la comarca", aseveró.
También está satisfecho, aunque de forma más moderada, José Luis Benavides, quien señala que anteayer viernes, "O Grove se llenó de coches", debido a la llegada de innumerables turistas.
En cuanto al consumo durante junio, Benavides reseña que, "se trabaja bien, pero a la mitad", puesto que los negocios han quitado mesas para cumplir las distancias de seguridad. Eso sí, admite que el consumo de lunes a jueves flojea, y que tampoco se están sirviendo tantas cenas como en años precedentes, lo que podría indicar que hay muchas más pernoctas en apartamentos o viviendas vacacionales.
Para Benavides, los establecimientos que mejor están capeando el temporal son aquellos que apuestan de forma decidida por la calidad del género y del servicio. Porque el diagnóstico no es homogéneo, puesto que aún no se ven las riadas de gente de otros años. "Los hoteles aún están al 50 por ciento de ocupación, y entre semana, al 25. Todavía no hay volumen de gente suficiente para toda la hostelería".
