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Los hosteleros aprecian un buen nivel de consumo pero miran de reojo los rebrotes

Temen que una oleada de contagios lleve a imponer en O Salnés confinamientos y restricciones como los de Lérida y A Mariña - "Nos pueden llevar a la ruina a todos"

Calle Alcalde Rey Daviña, una de las principales arterias económicas de Vilagarcía, ayer. // Iñaki Abella

¿Qué sucedería en O Salnés si se ordenase el confinamiento de toda la comarca, como ya ha pasado en Lérida, o si se cancelasen todas las actividades, como podría ocurrir en la Mariña lucense? "Nos arruinaríamos todos", opina Ricardo Santamaría, presidente de la asociación de hosteleros y de iniciativas turísticas de Vilagarcía, Ahituvi.

Tras el primer mes de desescalada y vuelta a la normalidad, los representante de la hostelería de Vilagarcía y O Grove se muestran relativamente satisfechos. Plantean que en términos generales hay un buen nivel de consumo, y que hay gente con ganas de salir y de comer o tomar algo en los locales.

Pero no ocultan su contrariedad cuando ven a personas caminar por la calle sin mascarilla o conocen el caso de compañeros del ramo o comerciantes que aplican las normas sanitarias con excesiva laxitud. Para Santamaría, las restricciones impuestas en A Mariña o Lérida demuestran que cualquier escenario es posible si los ciudadanos se relajan en exceso.

Por eso, desde Ahituvi se está haciendo hincapié ante sus socios de que hay que ser muy escrupulosos con el cumplimiento de las normas, "aún a riesgo de que el cliente se enfade y se marche". "El todo vale nos puede llevar a la ruina a todos", añade Santamaría.

José Luis González Benavides, representante de la hostelería en Emgrobes (Empresarios Grovenses de Bens e Servicios) afirma a su vez que, "hay hosteleros que no están respetando las distancias de seguridad" entre mesas en su afán de ganar más dinero. Benavides se lamenta, puesto que, "eso es malo para todos", pero alerta a quienes incumplen de que incluso puede ser contraproducente para los propios empresarios ávidos de ganar dinero. "Si el cliente ve que no se cumplen las normas y no se siente seguro, no se va a quedar".

Benavides también emplaza tanto a los ciudadanos como a los consumidores a ser responsables. "Tenemos que evitar entre todos que haya un rebrote". "No nos podemos volver locos, y que por culpa de cuatro lo paguemos todos". Además, hace una llamada de atención al afirmar que no es justo descargar toda la responsabilidad de un eventual rebrote sobre los turistas, habida cuenta de que también son muchos los locales que incumplen las normas.

Mascarillas

Ricardo Santamaría anima a los hosteleros a ser muy exigentes con el uso de las mascarillas en sus establecimientos. Indica, al respecto, que las normas son claras, tanto para los trabajadores como para los clientes. Los primeros tienen que llevarla en todo momento, y los segundos solo se la pueden quitar cuando estén sentados a su mesa. Es decir, si se levantan para pagar o coger el periódico en la barra o para ir al baño, deben ponérsela.

El presidente de Ahituvi lamenta que, "hay mucha gente que pasea por la calle sin mascarilla", y les afea además que, "los que la llevan puesta tienen que hacer un eslalon para apartarse de ellos, cuando al menos tendrían que tener el gesto de apartarse los que van sin ella". "A todos nos incomoda la mascarilla, y sobre todo a quienes tienen que trabajar ocho o diez horas al día con ella puesta. Pero hay que llevarla", sentencia.

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