Vecinos y turistas abarrotaron ayer el mercadillo de Vilagarcía en sus últimos días con los puestos ocupando toda la calle Alexandre Bóveda, y por tanto cerrada al tráfico. "Solo son dos mañanas a la semana sin coches. Aquí el ambiente es muy bueno, con la gente tranquila, sin impedimento para trabajar a gusto", comenta una de las vendedoras ambulantes de Alexandre Bóveda.
El martes los feriantes volverán a instalarse en este vial junto a la plaza de abastos, como "hemos estado siempre", reivindican. Pero será el último día. El miércoles mantendrán una reunión con el Concello en la que se decidirá la reorganización definitiva del mercadillo. "Nosotros preferimos quedarnos como siempre, no con una hilera de puestos y doble circulación en la calle. Pero el Ayuntamiento no quiere, entonces nos propuso trasladarnos al parque de A Xunqueira, algo que nosotros rechazamos porque alejar el mercadillo de la plaza es un error. La gente que viene al mercadillo viene a la plaza", explica una portavoz de los ambulantes de Alexandre Bóveda.
Los feriantes plantearon que si no pueden quedarse donde estaban, podría extenderse el mercadillo a Castelao, Plaza de Galicia y Rey Daviña. "Hemos suspendido la manifestación del martes, pero seguiremos en la lucha y en función de lo que nos digan el miércoles, decidiremos qué hacer", advierten.
Por su parte, el PP aprovechó para hacer campaña en el mercadillo con reparto de folletos electorales y colaborando en la recogida de firmas contra la reorganización. Según Elena Suárez, "el trasfondo del problema es que este gobierno local siempre ha querido eliminar el mercadillo de su ubicación histórica. Ahora pretenden engañar a los vendedores y van a intentar posponer la mudanza hasta después de las elecciones".
