La vista judicial, celebrada en el día de ayer en Pontevedra, para determinar de manera definitiva el litigio desde la jurisdicción social derivado de la caída en 2015 de José Manuel García Bello desde la cubierta de Preferencia del campo de A Lomba continúa sin llegar a puerto. El juez del caso ha estimado la necesidad de conocer el testimonio del operario municipal, Francisco Javier Vicente Maneiro, que subió a la en la grúa del Concello de Vilagarcía al exutillero del club. Una diligencia final que ha quedado fijada para el próximo 13 de julio y de la que dependerá, en buena medida, el fallo definitivo sobre una reclamación que asciende a 425.000 euros.

En la sala número 3 del juzgado de Pontevedra comparecieron no solo demandante y demandado con sus respectivos letrados, el Arosa, sino también el abogado del Concello de Vilagarcía y de la Fundación de Deportes y el de la compañía aseguradora de ambos, además de los peritos de las aseguradoras implicadas.

En su defensa, el Arosa negó la responsabilidad argumentando que se apreciase que, si la caída no es fruto de una imprudencia temeraria, sí lo es de una concurrencia de culpas por parte del demandante porque es él quien decide subir a la cubierta, a la cual accede además con la colaboración del operario municipal a los mandos de una grúa también del Concello y en una instalación municipal.

La compañía de seguros del propio Arosa mostró su intención de exonerarse de cualquier responsabilidad aludiendo a una supuesta falta de cobertura temporal de la póliza, una alegación que fue rebatida por parte de la defensa del club.

También desde el Concello de Vilagarcía se alegó una falta de competencia de la jurisdicción social, aludiendo a que su posible responsabilidad debería determinarse ante la jurisdicción contencioso-administrativa. De la misma forma, la compañía de seguros de las dos entidades municipales defendieron su falta de responsabilidad en la caída del exutillero.

A tenor de la defensa de cada una de las partes, el juez estimó oportuna la prueba testifical del operario municipal que subió a la cubierta como diligencia final, posibilidad que había rechazado inicialmente a petición de las defensas de demandante y demandado.

Implicar al mayor número de aseguradoras en la responsabilidad del accidente significará que la cantidad a abonar a García Bello se reparta y no recaiga únicamente en el Arosa y su compañía de seguros.