Los ayuntamientos de O Salnés debían a 31 de diciembre pasado poco más de 19.700.000 euros a los bancos. Esto supone que en seis años, la deuda viva de los municipios arousanos se redujo en un 60 por ciento, según datos publicados esta semana por el Ministerio de Hacienda. De este modo, los municipios enfrentan la crisis provocada por el coronavirus en una situación bastante mejor que cuando empezó la recesión de 2008.
Ese año, los nueve concellos de O Salnés acumulaban una deuda viva -cantidades pendientes de pagar de préstamos- de 45,6 millones de euros. Varios municipios aumentaron de forma notable su deuda durante los años siguientes, hasta el extremo de que a finales de 2013 sumaban una deuda de 49,3 millones. Aunque para entonces, las entidades locales ya habían empezado a apretarse el cinturón.
En 2012, España tuvo que rescatar a sus bancos con dinero de la Unión Europea, y Bruselas instó al Gobierno a aprobar la Ley de Estabilidad Presupuestaria y Financiera, concebida precisamente para contener el gasto público.
Desde entonces, la deuda viva con los bancos de la mayoría de los concellos de O Salnés fue bajando. En términos absolutos, la que tenían a 31 de diciembre pasado era de 19,7 millones de euros, un 60 por ciento menos que en 2013. Por lo tanto, las administraciones arousanas afrontan la nueva crisis con más oxígeno que hace una década.
De todos modos, hay que tener en cuenta que la deuda viva podría incrementarse sustancialmente este año, precisamente para hacer frente a la incontenible oleada de gastos que trajo con él el Covid-19 y la dramática caída de ingresos. Sin ir más lejos, Vilagarcía aprobó a finales de mayo la contratación de un préstamo de ocho millones de euros, para tener en caja la liquidez que le faltaba tras suspender el cobro de tasas e impuestos.
Cifras por habitante
En términos absolutos, el Ayuntamiento de O Grove es el más endeudado de O Salnés, al declarar una deuda viva a 31 de diciembre pasado de casi seis millones de euros. Es también significativa la de Vilanova, que roza los 5,4 millones.
No obstante, otro dato que se tiene en cuenta para valorar la gestión económica de los alcaldes es la deuda por habitante, habida cuenta de que la deuda total penalizará generalmente a los ayuntamientos más poblados y con mayor número de servicios.
En este caso, los peor parados son con mucha diferencia los vecinos de Catoira, pues según el Ministerio de Hacienda, la deuda viva por habitante del municipio "vikingo" supera los 1.200 euros. También es elevado el endeudamiento por habitante de O Grove (558 euros), y Vilanova (523 euros).
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Cambados es uno de los ayuntamientos que mejor política económica hizo en los últimos años, hasta el extremo de que su deuda por habitante era en 2019 de 57 euros, frente a los casi 250 de 2012. También son muy significativas las mejoras de Vilagarcía (en 2012, la deuda por vecino era de 562 euros, y ahora es de 105), y de Sanxenxo. Hace siete años, a cada habitante le correspondía una deuda de 791 euros, que el Concello de Sanxenxo ha logrado bajar ahora a 203.
En la otra cara de la moneda, hay municipios que empeoraron sus registros y que ahora deben más dinero que en el momento más crudo de la recesión. Son los casos de O Grove y de Valga (que en 2013 tenía deuda cero, y que ahora está pendiente de amortizar 630.000 euros). Finalmente, hay cuatro concellos que pueden presumir de no deberle ni un solo euro a las entidades financieras: Meaño, Meis, Pontecesures y Ribadumia.
