La muerte del marinero Óscar Ramiro Piñeiro Lago el pasado viernes, ahogado tras salir a faenar de madrugada, provocó la reacción pública de su madre, Evangelina Lago, dolida e indignada por lo que considera un inhumano tratamiento recibido por parte de los agentes que custodiaban a otro de sus hijos que cumple prisión en A Lama durante la ceremonia del entierro.

Otro de sus cinco hijos obtuvo permiso penitenciario para asistir a la despedida de su hermano. Pero, durante el entierro, dos guardias civiles que le acompañaban no accedieron a retirarle las esposas dentro de la iglesia. Un hecho que ha consternado a Evangelina Lago en un trance como el sufrido.

Visiblemente castigada emocionalmente, la expatrona mayor de Vilanova quiso mostrar inicialmente su agradecimiento a todos los que se volcaron en el operativo que sirvió para encontrar el cuerpo sin vida de su hijo. "Pese a tanto dolor como tengo, quiero agradecer a la patrona mayor de Vilanova (María José Vales) su apoyo. Desde el primer momento que supimos de la desaparición de mi hijo, se puso a disposición nuestra. No tengo palabras de agradecimiento, tampoco para el Ayuntamiento y para los marineros, Consellería de Pesca y sus compañeros. Fue tanto el apoyo y la ayuda que nos dieron que no se puede medir tanto agradecimiento".

Sin embargo, respecto a la decisión de los guardias civiles que acompañaron a su hijo al entierro de Óscar Ramiro Piñeiro Lago de no quitarle las esposas, Evangelina no dudó en señalar que "fui a pedirle personalmente que le dejasen poder abrazar a su madre y a sus hermanos, uno de ellos impedido en una silla de ruedas, en un momento así. Me dijeron que cumplían órdenes, pero no me lo creo porque en el entierro de su padre sí que le retiraron las esposas".

Sostiene la madre del marinero fallecido que ella incluso habló con la juez de vigilancia penitenciaria y "me dijo que en el momento que el preso sale de la cárcel toda la responsabilidad es de la Guardia Civil, por eso sé que me mintió".

En su denuncia Evangelina Lago quiso puntualizar que "sé que el 99% de la Guardia Civil es humanitaria, pero a mí me tocaron unos pocos entre los miles de guardias que hay que no tuvieron corazón". Con lágrimas en los ojos subrayó "que su hijo no se podía persignar ni abrazarse a mí, pues no pudo".

La intención de la madre del marinero desaparecido no es otra "que todo el mundo sepa lo que me hicieron. Pude cometer errores en esta vida, pero nunca me imaginé que me iba a pasar lo que estoy sufriendo. Les dije a esos guardias civiles que lo que me hicieron lo iba a saber todo el mundo y eso es lo que pretendo. Está todo el pueblo de Vilanova de testigo de lo que me hicieron".

Con una condena de dos años y medio, de la cual ya ha cumplido más de la mitad, Evangelina Lago tiene claro respecto a la situación vivida por su hijo en el entierro que "no estoy pidiendo nada. No tenemos dinero para abogados, pero si tuviéramos dinero y un buen abogado seguro que la condena de mi hijo hubiese estado cumplida. La justicia tiene que ser para todos igual. Mi hijo tiene más de la mitad de la condena cumplida y sigue allí cuando otros ya estarían en su casa en esas condiciones".