Las medidas de prevención y protección dictadas para evitar rebrotes por coronavirus hicieron que el número de hogueras de San Xoán se redujera notablemente. Pero aún así, cientos de fuegos iluminaron la mágica noche en O Salnés y Ullán, tanto en terrenos públicos -con o sin permiso para ello- como en fincas y huertas privadas.
Desde Pontecesures hasta O Grove, pasando por Vilagarcía, Cambados, A Illa, Vilanova, Catoira, Valga, Meis, Meaño, Sanxenxo o Ribadumia, los arousanos volvieron a celebrar el solsticio de verano, espantaron las meigas y, sobre todo, saborearon sardinas acompañadas de buenos vinos, ya fueran albariño o tintos del Ulla o de Barrantes.
Junto a estos productos, el pan de maíz, los pimientos de Padrón y, por supuesto, las hierbas aromáticas que se dejan en agua desde el atardecer hasta hoy, para usarlas como una especie de remedio milagroso para todo tipo de males.
Ni que decir tiene que vivir otra noche mágica de San Xoán requirió de importantes preparativos, lo cual se hizo notar desde primeras horas de la mañana en las plazas de abastos.
Era el momento de preparar el "kit fantástico", a base de esas hierbas aromáticas de propiedades casi milagrosas, la tradicional sardina, que "por San Xoán molla o pan" y, por supuesto, ese a veces olvidado pan de maíz.
Con estos tres ingredientes y añadidos como el vino, churrasco, pimientos de Padrón, "chinchos" y algún otro, cualquiera podía celebrar de forma exitosa la fiesta del solsticio de verano.
Y además a buen precio, ya que el ingrediente principal de las "sardiñadas", que ayer estaba en las plazas vivito y coleando, se cotizaba por debajo de otros años, sin duda debido a la abundancia de producto en las lonjas y a la reducción de la demanda que se deriva de la disminución de hogueras y fiestas.
Recorriendo los diferentes puestos de venta de plazas de abastos como la de Vilagarcía podía observarse que el precio medio de la sardina estaba en 8 o 10 euros el kilo, aunque había alguna, que se colocaba al cliente con el marchamo de calidad que le confiere el hecho de ser "de Rianxo", que alcanzaba los 12 euros.
Era "xouba" grande o sardina pequeña, como se prefiera, ya que el tamaño en lo que va de temporada no es tan importante como algunos consumidores parecen desear.
Así, con la sardina ya en la cesta de la compra, llegaba el momento de adquirir el pan de maíz en el que dejar escurrir su grasilla bien impregnada en sal gruesa. Un producto, el pan, que también tenía más demanda que cualquier otro día del año y costaba lo mismo que en todos ellos, a 3 o 3,5 euros el kilo.
Para completar el "kit", sobre todo en el caso de los más tradicionales, estaba la opción de adquirir en el mercado un buen manojo de hierbas aromáticas, a un precio de 2 euros la unidad, como el año pasado.
La hierba de San Juan o hipérico, el helecho macho, hinojo (fiúncho), malva, hierba Luisa, romero, codeso, laurel, sauco, nogal, rosas silvestres y las hojas de vid, higuera y otras plantas son algunos de los artículos incluidos en esos manojos con los que se elabora el agua milagrosa de San Juan, tan válida como las propias hogueras para espantar las "meigas" o sanar cuerpo, alma y espíritu.
