El de ayer no fue un día más para los chiringuitos de playa. Después de superar múltiples avatares para su apertura y sortear muchas dudas al respecto, los que ya han decidido abrir sus puertas se llevaron la primera alegría del año en forma de un destacado repunte de clientes a lo largo de toda la jornada.
Carlos Suárez, responsable del Con Cocodrilo en A Illa, no podía ocultar su satisfacción. "Todo el día estuvo muy bien. Ya el viernes se empezaba a ver más movimiento por las playas, pero no nos esperábamos tener tanta gente como tuvimos hoy (por ayer)".
Situado en la playa de As Salinas, su propietario reconoce que "la gente tiene ganas de playa y de chiringuito. Todos sabemos que hay que ceñirse a una serie de medidas, pero todo el mundo es suficientemente responsable porque nos jugamos el bien de todos", apunta Suárez.
Las reservas también se multiplicaron respecto a las primeras semanas de la temporada. El propietario de Con Cocodrilo no oculta que "es cierto que fuimos uno de los primeros chiringuitos en abrir. Todavía están muchos cerrados y eso hizo que viniese gente de otras playas también a pasar un rato con nosotros".
Un total de 18 años después de abrir sus puertas, la nueva normalidad ofrece un nuevo escenario al que en el chiringuito de A Illa reconocen haberse adaptado con cierta faciçlidad. "Enseguida te acostumbras. Nosotros tenemos espacio suficiente para separar las mesas y lo de limpiar continuamente es algo que hacemos con gusto porque queremos tener el chiringuito como le gustaría encontrárselo a cualquier persona".
Al otro lado del puente, en la playa de O Terrón, está O Chiringullo cuyo responsable es Isaac Rodríguez. También él constató una mayor afluencia de clientes en el día, aunque no duda en reconocer que está siendo uno de los peores meses de junio que recuerda. "Es un mes de muchísima actividad en esta playa, pero falta mucha gente respecto a otros años. Algunos porque no pueden venir de sitios como Asturias o Madrid y otros porque igual le cogieron un poco de respeto a pasar el verano en los campings y los hoteles".
Con una fuerte inversión realizada en materia de acondicionamiento del local y limpieza, Isaac Rodríguez tiene una queja que hacer, "lavamos y limpiamos continuamente, pero la verdad es que los productos que ahora son de primera necesidad no deberían tener un 21% de IVA como tienen. Una garrafa de cinco litros de desinfectante vale 30 euros, son precios que deberían controlarse un poco".
Otra de las preocupaciones en O Chiringullo es el tiempo, "esperemos que venga el calor porque si además de pelearnos con el coronavirus también tenemos que hacerlo con el calor, se nos va a complicar aún más todo", expresa un Isaac Rodríguez que ayer recibió encantado un mayor repunte de clientes a la espera de que la nueva normalidad en otras autonomías aumente el caudal de visitas en los próximos días.
