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Los chiringuitos de A Illa abren sus puertas ante un verano cargado de incertidumbres

Se han adaptado a la normativa de espacios y protección contra el coronavirus - Nieto: "Somos más optimistas que hace un mes"

No hay verano en A Illa sin playa y sin su correspondiente chiringuito. A pesar de la incertidumbre que todos ellos tienen con respecto a los efectos colaterales que puede dejar la pandemia del coronavirus, la mayor parte comenzarán a abrir sus persianas entre esta semana y principios del mes de julio si la meteorología lo permite. Todos sus propietarios son conscientes de que se enfrentan a un verano que va a ser atípico y que dependerá mucho de las decisiones sanitarias sobre la movilidad y de la influencia que pueda ejercer el miedo a la pandemia. Mientras aguardan a que la actividad se incremente en el verano, todos ellos ya han comenzado a aplicar o tienen previsto hacerlo en cuanto abran sus puertas las medidas de protección, desde mascarillas o pantallas para todos sus trabajadores, hasta distancia de seguridad entre las mesas, pasando por la instalación de geles hidroalcohólicos allí donde puedan colocarlos.

Así lo reconoce Salvador Otero, propietario de un chiringuito próximo al faro de Punta Cabalo que ya ha abierto al público, convirtiéndose en uno de los primeros en regresar a lo que se ha dado en llamar la "nueva normalidad". Otero reconoce que en estos primeros días con las puertas abiertas "se notan las restricciones de movimientos, ya que lo normal en esta época del año era que se comenzase a tener clientes de diferentes procedencias, pero los únicos que han pasado por aquí son personas de municipios próximos". En estos momentos, el establecimiento se encuentra " a un 30% de su actividad, no solo por el coronavirus, sino también porque la meteorología no está ayudando mucho, esperemos que, a partir del próximo fin de semana, el tiempo mejore".

Otero no se atreve a predecir como va a ser la temporada estival porque "en estos momentos, son todo suposiciones, la única referencia que puedes tener son las terrazas de los bares, donde no ves la actividad que había en los meses de mayo o junio de años anteriores".

Uno de los grandes veteranos del verano en A Illa es Ventura Nieto que lleva años gestionando uno de estos establecimientos en la playa de Lavanqueira. Nieto tiene previsto regresar a la actividad en los próximos días, más pendiente esa decisión del tiempo que del coronavirus. Lo hace "algo más optimista que hace un mes, cuando se veía todo negro, ahora, por lo menos, hay cierto espacio para algo de positivismo, aunque aferrándose a los meses de julio y agosto". De todas formas, coincide con Otero en que por delante "nos queda un camino lleno de incertezas que solo podrían ser paliadas en parte por un verano con buen tiempo". Durante estas semanas, Nieto se ha esforzado en adecuar el espacio que ocupa el chiringuito a las medidas marcadas por Sanidad y garantizar así la protección a sus clientes.

Otro clásico de los veranos en A Illa es el chiringuito del Con do Cocodrilo que gestiona Carlos Suárez, que también tiene previsto abrir sus puertas en cuento "el tiempo comience a mejorar". En principio, Suárez afronta la situación esperanzado porque "desde que existe movilidad dentro de la provincia se puede ver a mucha gente de fuera por el municipio y eso es un buen indicio para nosotros". Para Suárez fundamental resultará la apertura de los campings de las proximidades que "lo harán en breve, a estas alturas del año, en temporadas anteriores, ya lo habían hecho, pero el coronavirus lo ha retrasado; creo que tomando las medidas adecuadas, la gente va a ir superando el miedo a acudir a las playas y a los chiringuitos".

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