Los desmanes de determinados locales hosteleros de ocio nocturno de Vilagarcía el pasado fin de semana han tenido consecuencias: la Policía Local ha denunciado a tres establecimientos por incumplir las normas de protección y seguridad contra el coronavirus y el alcalde Varela ha llamado a capítulo a Ahituvi (la asociación que representa al sector) para pedirle explicaciones e intentar poner freno a la situación.
Como paso previo al encuentro que se celebrará hoy en Ravella, Ahituvi reunió ayer a los hosteleros (de distintas zonas de la ciudad) que trabajan en la noche vilagarciana para dejarles claro cuáles son las normas que tienen que acatar para cumplir la ley y evitar nuevos "errores". "Al Concello vamos a decirle que con quien incumple, mano dura, ya sea con sanciones o con el cierre. No puede ser que nos estén dejando trabajar en las terrazas, facilitándonos la labor, y ocurra esto", declara David Giménez, representante del ocio nocturno en Ahituvi.
No obstante, el portavoz solicitará al Ayuntamiento que en la medida de lo posible "pare" las denuncias puestas por la Policía Local, defendiendo que los desmadres detectados (como aglomeraciones de gente) no volverán a repetirse tras explicar al sector "las cuatro normas" que deben seguir.
Fuentes de la Subdelegación del Gobierno (organismo al que la Policía Local enviará las denuncias para que determine la sanción correspondiente) señalan que el incumplimiento del Real Decreto del estado de alarma puede acarrear a los hosteleros infractores multas a partir de 1.500 euros. Ayer a mediodía las denuncias procedentes de Vilagarcía todavía no habían llegado a la institución que preside la socialista Maica Larriba.
Si bien la reanudación de la actividad de los pubs y discotecas no estaba prevista -en un principio- hasta la Fase 3 de la desescalada y recientemente se ha pospuesto a etapas posteriores, el Ayuntamiento de Vilagarcía ya ha permitido a los locales de ocio nocturno que tenían terraza trabajar en ella. Según explica David Giménez, cuando comenzaron a funcionar las terrazas, "no se diferenciaba por tipo de negocio hostelero", propiciando así que los locales de noche también pudiesen reabrir sus puertas (exclusivamente con atención al público en el exterior).
El representante de Ahituvi se muestra tajante: "Las unidades de las terrazas [conjunto de mesa y sillas] deben estar separadas a una distancia de dos metros, y si por ejemplo tienes diez mesas con cuatro sillas cada una, tu aforo es de 40 personas. No puedes servirle a nadie más si no hay sitio libre en la terraza". Es decir, que eso de tomarse la copa en la calle, a las puertas del local, está totalmente prohibido. "Si tengo licencia para cerrar a las cuatro y a las cuatro y cuarto hay diez personas delante de mi local no es mi responsabilidad, pero si dentro de mi horario les sirvo y están de pie, sí. Si tengo un aforo de 40 personas no puedo servir a 65", ejemplifica Giménez, quien recuerda que los camareros deben trabajar con mascarilla, tiene que haber gel desinfectante a su disposición en las instalaciones y el acceso de los clientes al cuarto de baño debe ser de uno en uno. En la actual fase la ocupación máxima de la terraza se sitúa en un 50%.
Difícil control
Nadie duda de que controlar el mantenimiento de la distancia de seguridad en la movida nocturna no es una tarea sencilla, ya que "cuando unos lleva tres cervezas se olvida de la distancia", comentan desde Ahituvi.
Por ello la apertura de las dependencias interiores de pubs y discotecas preocupa al sector, al ver "muy complicado" poder garantizar el control de las medidas de seguridad para frenar la propagación del Covid-19.
Conscientes de la delicada situación económica que viven las pequeñas empresas y autónomos de Vilagarcía, el gobierno de Alberto Varela habilitó 400.000 euros para repartirlos en ayudas directas a los establecimientos, con cantidades que oscilan entre los 300 y los 800 euros.
Además, el ejecutivo socialista incluso llevó a cabo un cambio normativo de carácter temporal para permitir a los negocios hosteleros ampliar la superficie de sus terrazas con el propósito de que la limitación de aforo les perjudicase lo menos posible (llegando a ocupar aparcamientos previa autorización y frentes de escaparates comerciales con el plácet del responsable de la tienda).
