"Estoy seguro de que la uva se va recoger toda. Pero lo que tememos es que algunas bodegas aprovechen la situación para especular con su precio e intenten llevarse la uva barata". El secretario general comarcal de Unións Agrarias (UU AA) en O Salnés, Manuel Ángel Dopazo, no cree que las bodegas de Rías Baixas vayan a dejar uva en los viñedos, como se teme que sucede en Valdeorras (Ourense), pero sí le preocupa que la crisis del coronavirus cause una depreciación del producto. Por ello, urge al conselleiro de Medio Rural, José González, la convocatoria de la Mesa do Viño.

Dopazo asume que, "hay algunas bodegas que tienen problemas, como muchas otras empresas", pero plantea que hay que mantener la perspectiva sobre la situación. "Hay bodegas que siguen vendiendo bastante. Sí las hay que han vendido menos por el cierre de la hostelería, pero no hay que olvidar que aún queda todo el verano".

El representante de UU AA en O Salnés añade más argumentos a su tesis de que no es momento de bajar los precios de la uva. "En la vendimia del año pasado se recogieron cerca de tres millones de kilos de uva menos que en la de 2018. Y a 30 de abril de 2020 había en las bodegas cuatro millones de litros de vino menos que a 30 de abril de 2019". Por lo tanto, prosigue Dopazo, "en los depósitos de Rías Baixas aún hay espacio para cosecha y media".

Por lo tanto, en Unións Agrarias están convencidos de que la advertencia de que no será posible comprar toda la uva o de que hay que recogerla más barata cae por su propio peso. Y es ahí donde quiere que intervenga Medio Rural. "Somos un sector estratégico. Todo el mundo tiene gastos, y no tienen por qué pagar el plato roto solo los viticultores". Es por ello que el sindicato insta a la convocatoria de la Mesa do Viño. No aspira a que se fijen precios mínimos, pero sí a que se acuerden algunas medidas contra la especulación y los abusos.

Según Dopazo, en la vendimia de 2019 se pagó el kilo de uva a entre 1,40 y 1,50 euros, llegando a ir la de mayor calidad a 1,70, y no se comprendería ahora que se desplomase el precio. Además, entiende que sería contraproducente para el conjunto del sector. "Si baja la uva, más de uno podría aprovechar para bajar el precio del vino, y eso perjudicará a su imagen de calidad".