No es la primera vez que se cierra, pero esta ocasión si va a ser la más larga. El Concello de A Illa ha decidido prohibir el acceso de vehículos a la plaza de O Regueiro, el centro neurálgico de su casco urbano, durante todo el verano. La decisión se basa en dos puntales. El primero de ellos tiene como principal objetivo favorecer la actividad hostelera postCovid-19, ya que va a permitir a los establecimientos de la zona instalar terrazas con mayor amplitud y sin el temor de que circulen los vehículos por el entorno. Sin embargo, el motivo de mayor importancia es el segundo, ya que este cierre al tráfico tiene como gran objetivo convertirse en un ensayo de lo que será la peatonalización del centro, contemplada en el Plan de Mobilidade Urbana Sostible (PMUS). Desde el grupo de gobierno reconocían ayer que, en principio, este cierre "es solo durante el verano", pero tampoco se descartaba que se pudiese extender más allá de ese límite, siempre y cuando los vecinos lo fuesen asimilando.

Para cerrar al tráfico O Regueiro, al Concello no le queda otra que hacer una redistribución importante del tráfico rodado en todo su entorno. Así, los vehículos que lleguen desde A Franqueira deberán desviarse por Con do Moucho, travesía das Hortas y Entrecortiñas para desembocar en las inmediaciones de la iglesia parroquial, mientras que por Congostra do Rico solo podrán circular los vehículos que bajen desde A Torre. Esta última calle será el acceso para los vehículos de emergencias y de descarga, que podrán llegar hasta la zona de O Regueiro de ser necesario.

Una de las grandes novedades que va a incluir esta reordenación es que se va a mantener el estacionamiento de vehículos que existe en una esquina de la plaza de O Regueiro. Para poder acceder a él se habilitará como doble sentido la calle Salga, un tramo bastante estrecho pero que no acumulará un gran volumen de circulación como para que se registren incidentes en la circulación rodada.

Las medidas diseñadas por el Concello comenzaron a aplicarse en la tarde de ayer y, a diferencia de otras ocasiones, se han instalado una serie de elementos disuasorios contundentes para impedir que puedan ser apartados con regularidad. La plaza se ha cerrado en otras ocasiones, aunque tan solo los fines de semana del verano o coincidiendo con la celebración de eventos festivos como el Carme o San Xulián, el patrón del municipio isleño.