Antes del de Cambados abrieron otros mercados, pero el de la Vila do Albariño es uno de los más grandes de los que han vuelto a funcionar desde mediados de marzo. En el de Vilagarcía, de hecho, por ahora solo venden los puestos de alimentación y plantas, por lo que falta todo el textil.

Pilar Ozores afirma que, "yo estoy muy contenta de que en Cambados nos den la oportunidad de trabajar, porque llevamos dos meses a cero, y lo que nos da el Gobierno no da para vivir". Ella acude habitualmente a varios mercados y ferias, pero por el momento solo han retomado la actividad en Cambados, Pontevedra y Ribadavia. "Aún tienen que abrir Caldas, Noia, Boiro, Padrón y O Grove", enumera.

Ella es optimista sobre la tendencia del consumo. "Veo que la gente tiene ganas de salir y de comprar". Lo mismo opina Ana Isabel Pérez. "La gente tiene ganas de comprar, y está llevando mucha ropa de verano".

También está relativamente satisfecha Teresa Rey, dueña de A Horta de Tere, una empresa de venta de verduras y hortalizas con páginas de Instagram y Facebook y que incluso recoge encargos por WhatsApp. "La gente tiene ganas de salir de casa y comprar productos de proximidad, porque sabe que son más frescos y más sabrosos que los de fuera".

Pero la sensación no es unánime. Felisa Rial está especializada en textil de hostelería, de ahí que por ahora esté vendiendo poco.