O Preguntoiro, la playa de bandera azul de Vilaxoán,bien pudiera ser el paradigma de los arenales de la costa de O Salnés pues a primera hora de la tarde ya costaba encontrar un hueco guardando la distancia prudencial entre grupos, aunque también es cierto que entre la subida de la marea y los arrastres de arena del invierno su aforo se redujo a la mínima expresión.

Pero un recorrido de extremo a extremo por esta bella cala vilagarciana permite entender qué va a ocurrir este verano en todos los arenales gallegos, con muchas familias en torno a su sombrilla, grupos de amigos con ganas de "pachanga" y los auténticos amantes del sol y la brisa marina.

En el primer día de la fase 2 se antoja que todo el mundo pensó en la playa. Ocurrió lo mismo que cuando hace tres semanas se permitió el deporte o las avalanchas del día en que abrieron las terrazas.

Todas las playas de la costa arousana registraron ayer un aspecto parecido al de un buen fin de semana de agosto con la superficie totalmente cubierta, aunque con muchísimos menos bañistas. La diferencia con otros años es que quien tenga hueco no tendrá problemas para estirar la toalla. El único escollo será encontrar la parcela suficiente.

Pero que haya autorización para nadar en las aguas marinas o para un baño de sol en absoluto significará que se anule la vigilancia, supervisión que corresponde a las autoridades municipales.

Una de las localidades con más dificultades para llevar a cabo este control es la de A Illa de Arousa con unas ochenta playas a cargo del Ayuntamiento y una escueta plantilla de cinco policías locales que tienen que turnarse las 24 horas del día. De ahí que el edil Luis Arosa subraye que los agentes van a ser muy estrictos en el cumplimiento de todas las normas de distanciamiento en la penúltima fase del desconfinamiento.

"Los agentes informarán a los usuarios de que se deben guardar las distancias, pero en el caso de que se rebelen se propondrán las sanciones más duras, de 601 euros en adelante, porque estamos hablando de un grave problema de salud pública", subraya el edil.

En Vilagarcía, el alcalde Varela también reconoce la incapacidad de la Administración local para controlar que se cumple la norma en todas las playas del municipio. Por eso apela a la "responsabilidad" de todos los ciudadanos para que se cumplan los consejos dictados por las autoridades sanitarias.

Durante los próximos días tanto la Policía Local como Protección Civil realizarán recorridos por las distintas calas, desde la céntrica A Concha-Compostela, pasando por A Covacha, Campanario, Preguntoiro o la de Canelas, entre otras. La misión es de vigilancia e información a los usuarios así como recomendar el uso de mascarillas en estos espacios al aire libre.

Se tomarán también otras medidas higiénicas como la supresión de los baños existentes y posiblemente cerrarán las duchas habilitadas en su día para atender a los bañistas.

Ya este domingo, fueron muchas las personas que se han acercado hasta las hermosas playas de las localidades de O Salnés, pero muy pocos los que desobedecieron la prohibición del chapuzón.

En A Illa fueron especialmente estrictos el fin de semana con 37 denuncias a personas que buscaron las calas más recónditas para disfrutar del fin de semana. Ayer, hasta abrió O Carreirón. Todo ya parece normal aunque aún no lo sea.