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Jesús Andrés: "Las clases con solo 15 alumnos obligarían a duplicar el horario de todos los profesores"

Septiembre es la incógnita más compleja de resolver. Ese es el principal debate en los claustros ahora que se reanudan las clases para los alumnos de segundo de Bachillerato y los últimos cursos de ciclos formativos.

La mayor duda se produce respecto a la ocupación de las aulas una vez que se incorporen todos los alumnos. La idea de reducir las clases a 15 estudiantes o la propuesta de que se repartael curso por semanas no convence en absoluto a los docentes sobre todo por la dificultad que entrañan estos desdobles.

Cualquiera de las dos fórmulas entrañaría multiplicar el horario de trabajo al sumar las clases presenciales con las virtuales en detrimento tanto de la actividad educativa como de la personal

Tampoco sería efectiva para el alumno al ver interrumpidas sus rutinas de estudio, muchas veces de difícil superación.

Queda por tanto la mejor opción, a saber la ampliación de la superficie de las aulas, lo que conllevaría a priori un calendario de obras a contrarreloj que solo los chinos, con el ejemplo del hospital de Wuhan construido en diez días, podrían resolver en un solo verano.

Así las cosas, el inicio de las clases mañana lunes será una especie de prueba del nueve que puede dar algunas claves para el comienzo del año académico 2020-21, siempre que la pandemia se haya resuelto de una forma positiva.

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