"La valoración es muy buena. Hemos sido pioneros a la hora de reformular unas fiestas y la experiencia es positiva en todos los sentidos". Con estas palabras la concejala de Cultura de Vilagarcía expresó las sensaciones que le deja el haber dado con la tecla para que Santa Rita tuviese su día grande, pese a las circunstancias.

El Auditorio se convirtió durante los últimos seis días en una especie de laboratorio en el que se da cuerpo y forma a una idea original y pionera que necesitó de varios elementos fundamentales para demostrar que para Santa Rita, lo de patrona de los imposibles le viene por algo. Voluntad, apoyo, trabajo y, sobre todo talento, fueron los pilares sobre los que se sustentó un espectáculo brillante que se concretó en más de tres horas y media de emisión vía redes sociales el viernes, además de una sesión Dj el sábado por la noche.

La campaña "Son da Casa", puesta en marcha por el Concello de Vilagarcía para dar identidad propia a la escalada económica transversal que queda por delante, se manifestó por vez primera a través de la fórmula mágica del buen hacer. Una apuesta por lo propio que quedó plasmada con un cartel formado íntegramente con grupos locales y un tratamiento audiovisual de lo más cuidado, propio de cualquier otro espectáculo que se precie al más alto nivel.

Con Cristina Durán al frente del equipo de producción, el buen hacer se convirtió en una diáfana optimización del Auditorio como magistral plaza para extraerle la raíz a la buena música. Un tratamiento elegante y directo de cada actuación a través de las cámaras de Rafael Sabugueiro, Pablo Jueguen y Sara Avilés y del sonido preciso de Diego Basadre. Los técnicos municipales, con Ramón Caldas a la cabeza, se encargaron de luces y el atrezzo necesario para convertir una majestuosa sala vacía en un pequeño estudio de lo más acogedor.

Erea Hierro y Xoán Mariño condujeron con cercanía y humor una gala que empezó el viernes con la sesión vermut y que terminó con el más enérgico rock&roll. Unas actuaciones que se fueron grabando a lo largo de toda la semana y que, gracias a la magia de la realización y al altavoz de las pequeñas pantallas, consiguieron que las fiestas de Santa Rita no solo se celebraran, sino que además se convirtiesen en pioneras.