La Festa do Marisco está más amenazada que nunca. Habría que tomar importantes medidas de protección y limitar aforos para poder llevarla a cabo, por lo que, a día de hoy, "hay un 90% de probabilidades de que la suspendamos". Así se pronunció ayer el alcalde, aunque sin cerrar todas las puertas, porque "a lo mejor dentro de un mes disponemos de unos datos y una información que nos permitan celebrarla; por eso no la hemos cancelado oficialmente aún". El regidor y su gobierno se dan de margen hasta la última semana del mes que viene. Será entonces cuando tomen la decisión. De cualquier modo, "incluso organizándola iba a ser muy diferente y con mucha separación entre asistentes, por lo que generaría un déficit enorme". En este sentido, y abundando en lo manifestado hace días, Cacabelos explicó que esta fiesta supone 600.000 euros en gastos y más de 400.000 en ingresos; esto significa que si no se hace, podríamos dedicar unos 150.000 o 175.000 a otras actividades o servicios, pero no los 600.000, porque no tendríamos ingresos para compensar ese desembolso".

Mercadillo ambulante

También habló ayer del mercadillo ambulante de los viernes, que va a retomarse pero será reubicado.

Durante todo el verano los puestos se instalarán en el paseo de Beiramar, desde Confín hacia el puente de A Toxa.