Cuando se analiza el conflicto que mantienen bateeiros y percebeiros a causa de la recolección de mejilla en el litoral atlántico, hay que tener presente que esta semilla resulta fundamental para el mantenimiento de la acuicultura en España. Esto es así porque el mejillón gallego acapara la práctica totalidad de la producción nacional, convirtiendo al país en una potencia mundial, solo superada por China.

Ni que decir tiene que el mejillón cultivado en Galicia también contribuye a proyectar la imagen de la comunidad y del país en el exterior, ya que el año pasado se exportaron 47.700 toneladas de molusco fresco, por importe superior a los 35 millones de euros.

En la Asociación Galega de Empresarios Depuradores de Moluscos (Agade), donde insisten en que la treintena de empresas que la conforman estarían condenadas a la desaparición de no ser por el mejillón, destacan que Italia es el principal destino de esas exportaciones.

Así las cosas, el año pasado se enviaron al mercado transalpino casi 27.000 toneladas (17 millones de euros), quedándose los clientes de Francia con algo más de 19.206 toneladas (14,5 millones de euros).

Aunque en cantidades testimoniales, el mejillón gallego del mercado de fresco (depuradoras) también va a parar a países como Portugal, Grecia, Alemania y Reino Unido, entre otros.