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Los chiringuitos de A Illa siguen cerrados a la espera de un protocolo de actuación

Los propietarios de estos establecimientos se consideran totalmente desplazados en las medidas de desescalada hostelera -Denuncian una total "desinformación" institucional

La actividad de los chiringuitos aún desconoce cual será su "nueva normalidad". // Noé Parga

La situación de la hostelería vivirá un nuevo paso hacia la nueva normalidad a partir del próximo lunes. Será entonces cuando además de las terrazas, también se pueda ocupar el 40% del aforo del interior del local. Una hoja de ruta a la que todavía es ajena un sector tan importante en la hostelería de temporada como es el caso de los chiringuitos de playa.

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En A Illa, el enfado entre los propietarios de estos locales de playa es notorio y manifiesto. La llegada del buen tiempo tampoco ha servido para terminar con la incertidumbre a la que se ven sometidos por parte de las administraciones, puesto que algunos de estos chiringuitos ni siquiera han recibido todavía los permisos de apertura, pese a haberlos tramitado varios meses atrás.

Carlos Suárez, propietario del Con Cocodrilo, es una de las voces que expresan el sentir generalizado ante la falta de claridad a la hora de actuar. "No tenemos ni idea de protocolos ni de normas, pero tampoco de cuando vamos a poder abrir. Nadie nos da información y en nada empezará la gente a venir a la playa y todos los chiringuitos cerrados. Solo queremos que nos digan lo que tenemos que hacer para poder abrir".

Subraya además Carlos Suárez que "solo escuchas de como se va a poder ir a la playa, pero tampoco hay nada claro al respecto. De lo que no se habla es de los chiringuitos y de cómo y de qué manera vamos a poder seguir realizando una actividad que, no olvidemos, es también un servicio que hace de la playa un lugar aún más agradable".

También existen opiniones que, pese a no pasar por alto la desinformación, tiene bien claro que no abrirá sus puertas hasta que se estabilice la situación. Es el caso de Daniel Otero, propietario de A do Peri y que matiza que "yo trabajo y el chiringuito es una segunda actividad que arranqué con mi mujer. No tengo la urgencia de abrir y por eso me puedo permitir esperar. Sé que hay mucha gente que el chiringuito es su sustento económico más importante y es normal que haya preocupación porque lo único que se pide es que nos digan como tenemos que trabajar, simplemente eso".

Respecto a la posibilidad de que se apliquen las mismas condiciones que a la hostelería en zonas urbanas, dentro del sector entienden que no habría ningún problema. "Separarse dos metros y reducir el aforo no sería problema. Hay que tener en cuenta que la gran mayoría de chiringuitos son de terraza, así que por esa regla de tres ya podrían estar abiertos, pero nadie sabe nada", explica Carlos Suárez.

Curiosamente para este año 2020 se había aprobado en el Concello de A Illa la posibilidad de ampliar a seis meses el tiempo de apertura de estos establecimientos de playa, pudiendo abrir desde el 1 de mayo hasta finales de octubre. De ese modo se ampliarían en dos meses su licencia de actividad.

Sin embargo, se ha pasado de un proyecto de más tiempo a una absoluta inestabilidad que está haciendo que más de un propietario se plantee seriamente su apertura de no conocer lo antes posible las condiciones para la misma. El año pasado, por estas mismas fechas, ya eran muchos los chiringuitos que ya habían abierto sus puertas o empezaban a abrirlas. Solo doce meses después no quieren resignarse a ser los grandes olvidados en las medidas de desescalada.

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