Una veintena de puestos ambulantes del sector agroalimentario complementó ayer la oferta en el entorno del mercado de abastos de Vilagarcía de Arousa; una jornada marcada por la gran demanda de los clientes que durante toda la mañana formaron largas colas para acceder al recinto y hacer sus compras.
La actividad de la plaza de abastos de la ciudad es especialmente intensa durante la mañana del sábado, que siempre ha contado con el aliciente del mercadillo ambulante. De momento, y solo desde esta semana, pueden incorporarse a la oferta los puestos de productos perecederos, por lo que permanecen a la espera de autorización en una próxima fase los vendedores itinerantes de ropa y calzado.
Dada la reducida oferta de puestos ambulantes, estos quedaron delimitados en la explanada situada entre el mercado de abastos y el río de O Con, y también en parte del aparcamiento situado frente a la avenida Valle Inclán.
En estas zonas se reubicaron los vendedores de plantas ornamentales y de brotes de verduras y hortalizas para el cultivo en las huertas de la comarca. También tuvieron demanda los puestos de flores que hasta ahora tampoco podían vender sus productos.
Los puestos de venta ambulante de frutas y verduras de temporada fueron, así como los de panes artesanales y embutidos también desplegaron sus instalaciones en la explanada exterior del mercado de abastos.
El circuito estaba garantizado ya que los clientes primero hacían largas colas para acceder al recinto del mercado, al mantenerse el límite de aforo para mantener las distancias marcadas por la pandemia del coronavirus, y al salir pasaban por la plaza de la verdura, frente a la que estaban la mayor parte de los puestos ambulantes.
Por su parte, el mercado de abastos recuperó esta semana el plan habitual de actividad de lunes a sábado, aunque mantiene la oferta de servicio a domicilio de pedidos telefónicos por parte de la mayoría de sus vendedores.
