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La gestión del coronavirus mediante el "big data"

Vilagarcía recibe a diario a medio millar de vecinos de O Salnés más que al concluir abril

La estadística de movilidad que elabora el INE con los datos de las compañías telefónicas recuerda que la reactivación económica trae aparejado un mayor riesgo de contagio por las aglomeraciones en las ciudades

Vehículos circulando por la avenida Rosalía de Castro de Vilagarcía, ayer. // Iñaki Abella

A medida que avanza la reactivación económica y se relajan los controles de carretera, el tráfico ha aumentado. El Instituto Nacional de Estadística (INE) realiza desde el inicio de la pandemia en España un estudio pormenorizado sobre la movilidad de los españoles, y este indica que durante los días laborables de la primera semana de mayo el Ayuntamiento de Vilagarcía recibió cada día una media de 3.500 vecinos de otros municipios de O Salnés, Caldas y Barbanza. Esta cifra supone medio millar de personas más que durante la última semana de abril, cuando todavía permanecían cerrados muchos negocios que abrieron con los albores de la desescalada.

El INE elabora la estadística con los datos de posición de los teléfonos móviles que le proporcionan las tres grandes compañías de telecomunicaciones. El informe aún no recoge la movilidad de esta semana -cuando empezó la fase 1 de la desescalada-, pero en lo que respecta a los últimos días de la 0 indica que los arousanos cumplieron en gran medida con la norma de no desplazarse a otro municipio por causas injustificadas.

Así, aunque el tráfico aumentó entre municipios durante la primera semana de mayo con respecto a la última de abril, no fue un incremento muy sustancial. Tanto es así que en la práctica totalidad de los municipios, los vecinos salieron más de sus ayuntamientos a mediados de marzo, cuando empezó el confinamiento, que durante la primera semana de mayo.

En Vilagarcía, salieron del término municipal un 8,3 por ciento de los vecinos en los primeros días del presente mes. Este dato contrasta con el de Ribadumia o Meis, ya que el 20 por ciento de sus residentes sí estuvieron en otro ayuntamiento durante la semana pasada. Lo que indica este dato es que las oportunidades laborales en el interior de la comarca son mucho menores que en una ciudad como Vilagarcía, de ahí que los vilagarcianos tengan que salir de casa en mucha menor medida que los meisinos o los ribadumienses para trabajar.

Concentraciones de gente

El aspecto más preocupante de la estadística de movilidad del INE hace referencia al riesgo de que haya demasiada gente en las principales poblaciones urbanas de la comarca, como Cambados o, sobre todo, Vilagarcía.

De hecho, el 29 de abril se había contabilizado la entrada en Vilagarcía de 2.960 personas procedentes de municipios limítrofes, pero solo una semana después ya eran 3.512. Hay que tener en cuenta que al no estar actualizados los datos -llevan una semana de retraso, que es el tiempo que necesitan los técnicos para procesarlos y publicarlos-, es probable que a día de hoy la cifra de personas que recalan a diario en Vilagarcía de fuera del municipio ronde las 4.000, pues el lunes pasado abrieron sus puertas numerosos negocios. Este aspecto supone para las autoridades un reto para la gestión de eventuales aglomeraciones en determinadas calles.

Lo mismo ha sucedido en Cambados, aunque en menor medida. A finales de abril, la localidad del Albariño recibía en torno a 1.500 vecinos de otros pueblos cercanos, pero el 6 de mayo esa cifra ya había subido hasta las 1.800 personas.

La investigación puesta en marcha por el Instituto Nacional de Estadística no es útil unicamente para saber si el conjunto de la población está cumpliendo o no las normas del confinamiento, sino también para saber hacia donde se dirigen las personas.

Esto último puede ser útil, por ejemplo, en caso de que se detecte un brote de coronavirus en una localidad para aplicar medidas preventivas en aquellos pueblos que reciben un mayor flujo de personas procedentes de esa zona en la que se dieron los contagios.

Pueblos turísticos

Una de las quejas de los pueblos de costa o con mayor tradición turística es la de que reciben gente de fuera, cuando esto no está todavía permitido, salvo causas justificadas. Pero los datos del INE indican que el comportamiento de los ciudadanos fue correcto durante el primer fin de semana de mayo. De hecho, Sanxenxo recibió el día 3 a 850 personas de fuera, unos 200 menos que el 25 de abril (el sábado de la semana anterior). En cuanto a A Illa, que tenía el interés añadido de no estar limitada por las franjas horarias para pasear, recibió el primer domingo de mayo a algo menos de medio millar de personas de fuera, una cifra también ligeramente inferior a la del último sábado de abril.

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