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Rañeiros continúa con su hoja de ruta pese a la decisión de Rianxo de abandonar la asociación

El colectivo decide cerrar Os Lombos y centrarse en las concesiones propias

Actividad en la lonja de Vilanova. // Noé Parga

La decisión de la Confraría de Rianxo de abandonar el colectivo Rañeiros de Arousa no va a variar ni un ápice el objetivo que se ha puesto el colectivo de gestionar el libre marisqueo en la ría de Arousa. Así lo reconocían ayer los dirigentes del proyecto, lamentando la decisión del pósito rianxeiro pero manteniendo las puertas abiertas por si quiere regresar en el futuro. Recuerdan que las decisiones en el seno de la entidad se toman por mayoría y en beneficio de todos sus asociados. Insisten en que van a continuar con sus objetivos de gestión ya que "sería absurdo tirar ahora todo el trabajo que se ha realizado hasta el momento para mejorar la situación en la que se encontraba el libre marisqueo". La patrona mayor de Vilanova, María José Vales, reconocía ayer que "estamos trabajando y vamos a seguir haciéndolo tratando de buscar lo mejor para todos nuestros socios".

El colectivo continúa tomando decisiones con el fin de que el sector pueda superar una crisis brutal como la que ha provocado el coronavirus, y entre esas decisiones destaca la que adoptó ayer tras una reunión telemática entre los patrones mayores de las cofradías que lo integran, la de cerrar Os Lombos do Ulla y abrir las concesiones para el marisqueo a flote. El colectivo había decidido abrir Os Lombos hace un par de semanas como una escalada hacia la normalidad, sobre todo teniendo en cuenta que los marineros perdieron en esta campaña, 57 días de trabajo entre los temporales y el coronavirus. Durante los ocho días efectivos de trabajo que han estado desarrollando la actividad, la especie en la que se han centrado ha sido la japónica, reclamada por los mercados y con un buen precio que ha ido bajando en los últimos días.

La almeja japónica ha sido la especie que mejor ha funcionado en las lonjas, al mínimo de su actividad por causa del coronavirus, alcanzando precios altos para la época del año en la que nos encontramos. En la primera semana de regreso a la actividad, el precio de la japónica se disparó más allá de los 10 euros, aunque en los últimos días ya ha bajado de esa barrera, cayendo unos dos euros de media.

Los pósitos también han probado con otras especies aunque con resultados dispares. Un ejemplo es el berberecho vilanovés, que se cotizó a un precio alto, pero especies como el carnero o la fina apenas han tenido salida entre los compradores. El colectivo se mantiene a expensas de las fluctuaciones que dicten los mercados, aunque desarrollando su actividad a un nivel muy inferior al habitual.

Además del regreso a la actividad, las cofradías han tomado todo tipo de medidas sanitarias como han sido el reparto de mascarillas entre sus socios. A ello se suma el acceso a las lonjas, donde cada mariscador es sometido a un "túnel" de desinfección para garantizar su seguridad y debe recorrer un circuito determinado para acceder.

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