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Los feligreses regresan a las iglesias con mascarilla y en bancos separados

La Comunión se da en la mano y con distancia entre las personas de la fila - Hay pilas de agua vacías y alfombras desinfectantes

Además de las terrazas hosteleras y la apertura de comercios sin cita previa, la Fase 1 de la desescalada también ha permitido esta semana reabrir al público los centros de culto. Así, buena parte de las iglesias arousanas han retomado las misas, y lo han hecho -en su mayoría- siguiendo las medidas de seguridad recomendadas por las autoridades sanitarias para evitar la propagación del coronavirus. El responsable del Arciprestazgo de Arousa, José Aldao, señala que los feligreses deben entrar en las iglesias con mascarilla y con el correcto lavado de manos. "Si no traen bote de gel desinfectante de casa, se lo proporcionamos nosotros", apunta el párroco de Santa Mariña Dozo, en Cambados.

Además de las medidas de higiene, también es necesario mantener la distancia de seguridad. Por ello, en muchas iglesias, como en la que rige Aldao, se han marcado los bancos para que las personas que acuden a misa sepan donde pueden sentarse y donde no para quedar lo suficientemente alejadas de otros fieles.

El nuevo arcipreste de Arousa, que ha relevado a Lino Arcos en el cargo, añade que en su parroquia han colocado unas alfombras específicas para desinfectar el calzado. "Una es más húmeda y otra más seca", precisa el cura.

Con respecto al aforo del templo, que está establecido en un máximo del 30% durante esta Fase 1 (en la siguiente fase se elevará al 50%), José Aldao considera que no genera problemas, al menos en su parroquia, que tiene un tamaño considerable.

Además de garantizar la distancia en el interior, los sacerdotes también deben velar porque no se produzcan aglomeraciones de personas a las puertas del templo, por lo que se organizan las entradas y las salidas. Entre semana apenas es necesario debido a la escasa afluencia de fieles que acuden a las misas, ya que el día principal del culto religioso es el domingo.

¿Consejo u obligación?

Si bien el arcipreste señala que el uso de mascarilla es obligatorio para acudir a misa, hay otros curas de la comarca que hablan de "recomendación", como son el de Carril, Eduardo Amado, y el de Caleiro, Manuel Castroagudín.

Amado, el cura más joven de toda la comarca, gestiona la parroquia carrilexa y también la de Bamio y la de Catoira, aunque estas dos últimas todavía no están preparadas para la reapertura. Sin embargo la de Carril nunca ha cerrado, ni durante la época más dura del confinamiento, según reconoce el propio sacerdote. No obstante no se trataba de una apertura regular como ahora.

Entre las medidas puestas en marcha en este templo religioso figuran la puesta a disposición de los feligreses de gel hidroalcohólico, bancos marcados con cinta para que las personas sepan donde sentarse, la puerta principal se deja abierta para evitar tocar los pomos y se ha extremado la limpieza. "Se limpia cada vez que hay misa y el sacerdote se desinfecta las manos antes y durante la misa", recalca Eduardo Amado.

Como en las demás iglesias, en Carril las pilas de agua bendita están vacías y no se permite el reparto de ningún tipo de papel o folleto. "La gente está colaborando y haciendo todo muy bien, especialmente quienes se encargan de la limpieza", agradece el cura.

Con respecto a la Comunión, se continúa proporcionando a los feligreses que lo desean, si bien siempre se entrega en mano (previamente desinfectada) y se hace hincapié en la separación que debe haber entre las personas que forman la fila.

Otra iglesia que ha oficiado misa durante la cuarentena es la de Caleiro, en Vilanova. Su sacerdote, Manuel Castroagudín, aclara que eran "misas privadas, a puerta cerrada, de cuatro o cinco personas", fundamentalmente de gente que colabora en la parroquia. Se celebraban los domingos. "En Tremoedo iba a la hora de la misa a repicar las campanas pero no había misa", dice Castroagudín, también consiliario de Cáritas.

Tanto en Caleiro como en Tremoedo hay gel desinfectante a disposición de los fieles y la limpieza de las instalaciones se realiza con más frecuencia. En los bancos solo se permite sentarse en los extremos y a la hora de la Comunión, "se dice para todos "El cuerpo de Cristo, amén" y después se entrega de forma individual en la mano, en la fila y manteniendo la distancia; la gente está muy concienciada", comenta el sacerdote de Caleiro y Tremoedo.

En cuanto a los entierros, ahora se permite una asistencia máxima de 15 personas (antes eran 3).

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