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La actividad litúrgica regresa a los templos arousanos

Las iglesias se reabren también hoy aunque tienen limitado el aforo a la mitad

Fieles asisten a la misa celebrada en el salón parroquial de la iglesia de Caleiro. // Noé Parga

La actividad litúrgica regresa con timidez a los templos donde no dejaron de oficiarse las misas durante los dos meses de confinamiento severo, aunque prácticamente sin fieles.

La parroquia de Caleiro es uno de los ejemplos de esta "desescalada religiosa" aunque dirigida a un grupo reducido de feligreses que acudieron pertrechados con mascarillas, guantes y que mantuvieron las reglas de distanciamiento aconsejadas para prevenir la expansión del Covid-19.

La entrada de Galicia en la fase 1 permite reabrir desde hoy al culto todas las iglesias de la comarca, si bien el aforo está limitado a la mitad de su capacidad y los fieles deberán sentarse guardando los dos metros de alejamiento recomendados.

Una reapertura que muchos estaban esperando con ansias tras la obligatoria suspensión de numerosas citas festivas en estos dos meses de confinamiento, en especial los actos del Domingo de Ramos, la Semana Santa o grandes romerías como las de San Benito de invierno o San Gregorio de Paradela (Meis).

Los fieles han tenido que seguir las ceremonias litúrgicas a través de las emisiones por televisión o por canales telemáticos, pues la mayor parte de los sacerdotes han optado por la celebración eucarística a puerta cerrada, en ceremonias que solo incluían los actos esenciales de la Liturgia.

A lo largo de estos dos meses también se dieron anécdotas como la procesión de San Roque de Carril, las campanadas a difunto en la parroquia de Valga o el encendido de velas en los balcones por la Resurrección en A Illa.

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