Es cierto que la actividad pesquera y marisquera se vio claramente condicionada desde que el 13 de marzo se decretó el estado de alarma. Pero a pesar de que una parte del sector dejó de faenar, y de que los restaurantes cerraron sus puertas y cancelaron sus pedidos, el volumen de ventas en lonja en los cuatro primeros meses del ejercicio se mantuvo en parámetros similares a los manejados en el mismo periodo del año anterior, incluso superándolos ligeramente.

Para volver a demostrar que el sector mar-industria es uno de los motores económicos esenciales en Galicia, a pesar de adversidades como el Covid-19, entre el 1 de enero y el 30 de abril las lonjas gallegas despacharon más de 42.000 toneladas.

Y a pesar de tratarse de una cifra todavía provisional que aún puede elevarse, ya que faltan operaciones de primera venta por incorporar a la plataforma tecnológica Pesca de Galicia, puede decirse que es un resultado altamente positivo, ya que se superan las 41.800 toneladas subastadas entre enero y abril de 2019.

Esto se explica porque si bien algunas especies, sobre todo los mariscos, perdieron protagonismo a raíz de la pandemia por el coronavirus, no es menos cierto que hay otras que se comportaron incluso mejor que en ocasiones anteriores, de ahí que la cantidad de pescado vendida en lo que va de año sea superior a la del pasado ejercicio.

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Para entenderlo mejor puede aclararse que lo que más se frenó durante el confinamiento fue la extracción y venta de almeja, berberecho y especies similares. Pero es que, en realidad, son productos que no encuentran su mejor momento comercial en el arranque de cada año, sino que despuntan a partir de primavera y, sobre todo, a medida que avanza el verano. Por eso se notó menos el cese parcial de la actividad marisquera.

En cuanto a los ingresos, con 123 millones de euros facturados durante los cuatro primeros meses -que también es una cifra provisional-, frente a los 137 millones de 2019, puede hablarse de un descenso generalizado en Galicia, aunque menor de lo que cabría temer con la aparición en escena del coronavirus.

Es un descenso económico ligero y que ofrece muchos matices, ya que en algunas lonjas ha sido prácticamente testimonial, mientras que otras incluso mejoraron sus resultados.

En una misma ría, dependiendo del tipo de descargas en las que esté "especializado", puede haber puertos que sufren una fuerte caída y otros que despuntan.

Vigo y Pontevedra

Si se analiza la situación por áreas de trabajo, puede decirse que la Zona I, correspondiente a Vigo y sus lonjas, bajó de las 9.000 toneladas subastadas en los cuatro primeros meses de 2019, a las 8.000 toneladas alcanzadas en el mismo periodo del año en curso; descendiendo la facturación total desde los 38 a 33 millones de euros.

Un descenso que también se produjo en la Zona II (Pontevedra), que bajó de 913 a 625 toneladas, y de 4,3 millones de euros a 2,6 millones.

Arousa

En cuanto a Arousa, los efectos del coronavirus no se notaron en exceso, a nivel global, porque hubo lonjas y colectivos que no dejaron de trabajar. Esta ría completa los cuatro primeros meses con 8.300 toneladas y 22,5 millones de euros, frente a las 8.440 toneladas, y 25 millones de euros, correspondientes al periodo enero-abril de 2019.

Como muestra de lo desigual que ha sido la actividad en los diferentes puertos, puede destacarse que Carril se aprovechó del parón aplicado en determinadas agrupaciones de mariscadores y, con la almeja y el berberecho como referencias, facturó dos millones de euros tras vender 222 toneladas, frente a las 206 toneladas de 2019, en aquella ocasión con unos ingresos de 1,5 millones.

A Mariña y Muros-Noia

No es, ni mucho menos, una situación exclusiva. Las lonjas de Mariña Lucense, por ejemplo, subieron de 36 a 37 millones de euros y de 11.440 a 13.690 toneladas de producto.

En cuanto a las demás zonas, Muros-Noia perdió este año, respecto a los cuatro primeros meses del anterior, unas 290 toneladas y dos millones de euros; Fisterra se dejó por el camino 70 toneladas y 300.000 euros; y A Coruña-Ferrol perdió un par de millones de euros después de subastar una cantidad similar: 8.500 toneladas.