El afloramiento primaveral que se vive en las rías gallegas, y que propició la entrada de células del género lipofílico en todas ellas, mantiene cerrados en la actualidad siete de cada diez polígonos bateeiros. Esto limita considerablemente la extracción y venta de mejillón; una actividad que, sin embargo, sigue adelante, tratando de satisfacer la creciente demanda de producto existente, gracias a la existencia de 16 polígonos todavía aptos para la comercialización, todos ellos situados en la ría de Arousa. Al menos así era hasta la tarde de ayer, cuando seguían cerrados los 35 polígonos mejilloneros restantes, entre ellos ocho de los arousanos, los ocho existentes en la ría de Pontevedra (343 bateas) y los doce de la de Vigo (483 parques flotantes). También los cuatro de Muros-Noia (122 viveros), el de Baiona (15) y los dos de Ares-Betanzos (105 bateas).