Precisamente en unos días en los que la fe se ha convertido en la única protección de muchos, la llegada de la Semana Santa se ha convertido en terreno abonado para que los fieles muestren que la voluntad puede superar a las limitaciones del confinamiento.

En la calle San Francisco de Cambados han querido sacar partido de la potencialidad de las ventanas y los balcones como escaparates de buenas causas en estos días de encierro. Por ello, y privados de la posibilidad de acudir a la iglesia, han querido que una fecha tan señalada como la del domingo de Ramos no pasase sin celebrarse.

La puerta de la iglesia de Santa Mariña lució en la mañana de ayer un olivo para demostrar que, aun a falta de misa, la devoción estaba muy presente. Lo mismo sucedió a última hora de la tarde con motivo de la Procesión de los Dolores. Elvira Álvarez, sacristana del cura José Aldao, fue la encargada de poner la música que hizo saber a sus vecinos de la calle San Francisco de que en ese momento tendría que empezar el paso como cualquier otro año.

Fue el momento en el que las velas, los cirios y las imágenes fueron haciéndose ver en las ventanas y en los balcones. Toda una demostración de que no olvidaban una fecha tan señalada mostrando el deseo de compartir algo que tradicionalmente se hacía a pie de calle, pero que ha tomado una obligada perspectiva diferente desde las ventanas.

Con el párroco José Aldao todavía convaleciente de una operación, la intención es que las manifestaciones religiosas sigan manteniéndose a lo largo de los próximos días. Por ello, Elvira Álvarez ya hace saber que el viernes la Procesión de La Soledad también supondrá un momento para el recogimiento colectivo. Será a las 23.00 horas, pero incluso no se descarta la posibilidad de poder compartir más momentos de exaltación de la fe cristiana a la espera de las pautas que vaya marcando el párroco en los próximos días.

Todo ello con la intención de involucrar al mayor número de cambadeses en los actos de una Semana Santa diferente en la forma, pero no en el fondo.