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Los talleres malviven con las averías de los vehículos de reparto y el trabajo atrasado

La actividad cayó un 90% - Tienen coches reparados pero los particulares con esta crisis no los recogen y, por tanto, no cobran

Pablo Portela posee una colección de coches en la que ahora se meterá a fondo para restaurar. // Noé Parga

Los talleres de coches que han podido sobrevivir a estas tres semanas de confinamiento domiciliario y a la caída de actividad que ello conlleva (en este sector más de un 90% según los negocios consultados) están aguantando abiertos reparando las averías urgentes de los vehículos de empresa, sobre todo furgonetas de reparto, y aprovechando para sacar adelante el trabajo atrasado.

Pero no todos han resistido esta crisis. Es el caso de Jopauto, en Vilagarcía, que ha presentado un ERTE (Expediente de Regulación Temporal de Empleo) para su plantilla, compuesta por tres empleados. El propietario, Juan Alberto Paulos, está a la espera de que le autoricen el expediente, y está trabajando solo en el taller. "La actividad cayó un 99%. Estoy haciendo trabajo atrasado porque si la gente no puede salir de casa, tampoco puede venir al taller", comenta Paulos. A ello se suman pequeñas reparaciones en automóviles de personas que continúan trabajando, como por ejemplo cambio de baterías. "Las tengo aquí en stock; para lo demás hay problemas para conseguir recambios, el material no da llegado y no hay muchos sitios donde comprarlo porque está casi todo cerrado. La situación está muy complicada", lamenta el mecánico.

Problemas de suministro

Pablo Portela, de Portecar (Cambados), coincide con el taller de Trabanca Badiña en los problemas de suministro de piezas. "Los talleres estamos abiertos pero no nos sirven recambios y tenemos que salir a buscarlos donde podemos. Por ejemplo ayer tuve que ir a Vigo y pagar el desplazamiento, incluida la autopista. Es decir, son más gastos y la pieza me cuesta lo mismo que si me la trajeran al taller como era habitual", cuenta el dueño de este negocio de Corvillón con cuatro trabajadores.

En su caso mantiene la misma plantilla, pero debido al descenso de actividad han cambiado el horario, y en lugar de abrir por las mañanas y por las tardes, hacen jornada continua de 7.00 a 15.00 horas aproximadamente. "El 90% de lo que nos entra son de coches de empresas, con alguna avería en furgonetas de reparto, como por ejemplo en el embrague o en los rodamientos. De particulares casi nada", explica Portela.

Este mecánico cuenta con una colección particular de coches, por lo que aprovechará esta época de vacas flacas para restaurar los automóviles antiguos que tiene en cola, que son cinco, los cuales se suman a la media docena que ya tiene en casa.

Bruno Búa es autónomo en otro taller de coches de Cambados, en este caso en la parroquia de Castrelo. Con motivo de la caída de trabajo empieza más tarde por la mañana y sale antes por la tarde. "A primera hora aprovecho para ir a buscar las piezas que necesito porque la empresa con la que trabajaba no sirve", indica Búa.

Al igual que los demás talleres sondeados, tiene vehículos ya reparados desde el inicio del confinamiento pero sus dueños no han ido a recogerlos, y por tanto tienen sin cobrar ese trabajo.

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