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Los envíos a domicilio "pinchan" en la plaza

La mayoría de clientes del mercado de Vilagarcía prefiere elegir el producto en persona

Los vendedores se protegen con mascarillas y guantes. // Iñaki Abella

Debido a la crisis del coronavirus, una buena parte de los comerciantes de la plaza de abastos de Vilagarcía comenzó a ofrecer a sus clientes la opción de enviarles la compra a casa para intentar mantener las ventas y reducir el tránsito de personas por las calles. Pero el proyecto no ha sido todo lo exitoso que se esperaba. El presidente de la asociación de placeros, Juan Carlos López, confirma que la mayoría de los compradores continúan yendo físicamente al mercado y solo una minoría se decantan por el servicio a domicilio: "El cliente de la plaza es distinto al del supermercado. A la gente le gusta mirar el pescado que hay a diario y elegir, y lo mismo pasa con la carne. Yo, que vendo congelados, ayer tuve dos encargos, pero poco más".

Los clientes interesados en adquirir los productos de calidad del mercado para que se los lleven a casa pueden consultar en la página web www.mercadovilagarcia.es los puestos que disponen de ese servicio, (en torno a una veintena) así como los teléfonos de contacto para realizar los pedidos.

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Los envíos a domicilio "pinchan" en la plaza de Vilagaría

Los placeros de Cambados se ha sumado a esta iniciativa y desde ayer también ofrecen los envíos a domicilio de forma diaria y gratuita. Son nueve pescaderías y ocho carnicerías. Se trata de "evitar desplazamientos y facilitar la compra a aquellos colectivos más vulnerables", explican.

La mitad del pescado, en casa

En Vilagarcía, además del servicio a domicilio, también se han implantado otras medidas a raíz del estado de alarma que mantiene a los ciudadanos confinados en sus viviendas. El mercado solo abre los martes, jueves, viernes y sábados (cierra los lunes y miércoles con respecto a su horario habitual) y se ha establecido un aforo máximo de 60 personas en las instalaciones. Solo se puede entrar por la puerta de Arzobispo Lago (junto a la churrería) y salir por la que da al callejón de la nave de la verdura. Las otras dos permanecen clausuradas. Operarios municipales se encargan de controlar la afluencia para no superar los límites fijados. "El sábado hubo bastante cola pero no por mucho tiempo, había fluidez. Hoy sobre las diez y algo de la mañana también hubo, pero menos", señala el presidente de la asociación de comerciantes del mercado de abastos de Vilagarcía, Juan Carlos López.

Con respecto a la afluencia de vendedores, para nada la plaza ofrece una imagen de normalidad. La churrería está cerrada, la floristería también, y aproximadamente la mitad de las pescantinas -según los cálculos de López- se quedan en casa. Los que permanecen en sus puestos son los carniceros y los de productos congelados.

En cuanto a los comercios exteriores, hay media docena abiertos (algunos, como la mercería, que están obligados a cerrar).

En relación a las medidas de protección, la mayoría de clientes y de vendedores utilizan mascarillas y/o guantes y mantienen la distancia de seguridad.

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