Hoy termina una campaña de la volandeira que ha sido para olvidar. El coronavirus le ha puesto la guinda a una temporada más que discreta, y de hecho en los últimos días apenas se vendió esta especie en las lonjas de Cambados y Rianxo. Sin embargo, los patrones mayores de ambos pósitos indican que ni siquiera se puede culpar al Covid-19 de la mala pesquería, pues ya hacía semanas que la flota del "bou de vara" apenas vendía volandeira.

"La campaña ha sido mala -sostiene el patrón mayor cambadés, Ruperto Costa-, porque la volandeira este año cogió poco tamaño y los precios fueron muy bajos". Lo sucedido en la rula de Cambados es sintomático. Aunque habían fijado un precio mínimo de 1,80 euros el kilo, por debajo del cual retirarían el marisco para no malvenderlo, al final tuvieron que rebajar ese precio a 1,50 euros el kilo y aún más, "porque si no nos quedaría sin vender", añade Costa.

En Cambados, la situación se fue llevando más o menos bien entre noviembre y diciembre pasados. En esos dos meses, se vendieron en la rula 67.600 kilos de volandeira, a un precio mínimo de un euro el kilo, y un medio de 3,26, alcanzando los mejores lotes los 11,90 euros. Pero la situación empeoró a partir de enero, hasta el extremo de que la cotización mínima cayó a los 90 céntimos por kilo, y la media a los 2,73. La máxima alcanzó un tope de 13. "La volandeira grande sí que aguantó bien el precio, pero había poca", explica Costa.

La situación fue similar en Rianxo. Entre noviembre y diciembre vendieron algo menos de 60 toneladas, llegando a despachar algunas partidas a 10 céntimos por kilo, según datos oficiales de la Xunta de Galicia. El máximo fue de 11,55, y el medio, de 2,24.

Desde enero y hasta ahora, en Rianxo facturaron 24.500 kilos de volandeira, a un precio medio aún más bajo (1,97 euros el kilo). El máximo se aproximó a los 11, y el mínimo quedó en un euro el kilo.

El patrón mayor de Rianxo, Miguel Ángel Iglesias, achaca el final discreto de la campaña a la escasa demanda de producto. "Ya desde enero hubo muy poco mercado. Muchas fábricas pararon por completo en enero, así que no hubo mucha demanda". En consecuencia, añade Iglesias, eso empujó los precios hacia abajo.

También indica que la volandeira de este año, "era más pequeña" que la de la campaña anterior, a pesar de lo cual cree que mereció una mejor cotización. Él, de hecho, era partidario de no venderla por debajo de euro y medio el kilo, pero los socios de Rianxo votaron a favor de ser más flexibles, "y las decisiones que se toman por mayoría hay que acatarlas".

Bajan las capturas

La pasada campaña (la del invierno de 2018-19) había sido extraordinaria en capturas, aunque también registró un par de meses malos en cuanto a precios, hasta el extremo de que hubo días en que fue necesario devolver marisco al mar. Entonces, se subastaron en Cambados en torno a 145 toneladas de volandeira, y se generó un volumen de negocio de unos 463.000 euros. En Rianxo, por su parte, se habían facturado unos 170.000 euros por la venta de unas 50 toneladas del bivalvo.

En la campaña que termina hoy, y que empezó en noviembre pasado, entre tanto, se despacharon en la lonja de Tragove sobre 110 toneladas de volandeira, generando una facturación de unos 335.000 euros. En Rianxo, se han vendido unas 83 toneladas, y se ingresaron casi 180.000 euros.

Las cifras, en cualquier caso, son sensiblemente mejores a las de las campañas de 2016 a 2018. Así, entre el otoño de 2016 y la primavera de 2017 se despacharon 85.400 kilos en Cambados y 47.000 en Rianxo.

Y entre 2017 y 2018, se vendieron en la lonja del sur de la ría apenas 100 toneladas, y en la de Rianxo, en torno a la mitad.