"Si ahora mismo te encuentras perdido, si realmente lo único que quieres es escapar de todo aquello que te rodea y si tu rutina se está convirtiendo en tortura, quiero que sepas que yo era tú". Así se presenta Lisset Álvarez a través del blog personal www.myfreemindstudio.com, en el que explica que "sentía tanto ruido" en su cabeza que "apenas era consciente de la propia existencia de mi ser".

Es una meca de 27 años que reside en un paraíso australiano y anhela regresar a su "grobiño" natal. Una mujer que "vivía en una profunda maraña de pensamientos futuros o pasados" para la que "el presente era un tiempo inexistente".

Con esa actitud recaló en Australia, donde todo era casi idílico hasta que un coronavirus ahora por todos conocido provocó una pandemia que amenaza a la población mundial.

Esto la lleva a confesar que hay momentos en los que "se hace duro" estar tan lejos de su familia y amigos, aunque se siente una privilegiada por poder estar en "un sitio increíble, lleno de naturaleza, que me hace no perder la cabeza y donde, por el momento, todavía podemos salir de casa".

En su blog personal puede comprobarse lo feliz que puede llegar a ser una persona. Pero también lo triste que puede sentirse cuando está lejos de los suyos y de pronto, cuando nadie podía imaginárselo, surge de la nada una crisis sanitaria mundial como la provocada por el Covid-19.

Relata la joven meca que empezó esta aventura el pasado mes de octubre. Fue entonces cuando se asentó en ese pequeño cabo llamado Byron Bay, un pueblo del Estado de Nueva Gales del Sur, en la costa este de Australia, situado a 772 kilómetros al norte de Sydney y a 165 al sur de Brisbane.

Es allí donde está viviendo la complicada situación actual y desde donde explica que su vuelo de regreso a casa estaba programado para el próximo 16 de abril, "pero fue cancelado hace un par de semanas".

Además, en la actualidad "el precio de los billetes en los pocos vuelos existentes ronda los 2.000 dólares, y ni siquiera me aseguran la llegada al aeropuerto de destino".

Es por ello que ha decidido quedarse donde está "hasta que la situación comience a mejorar, sobre todo en España", y hasta reunir el dinero suficiente para regresar con garantías.

"Estoy intentando recibir algún tipo de ayuda, ya que, con una visa de estudiante y actualmente sin empleo, debido a la cuarentena, es muy complicado poder subsistir en un lugar como este", confiesa Lisset Álvarez.

Lógicamente, tiene tiempo para meditar, para rememorar los mejores momentos del pasado, ya que de los malos es más fácil olvidarse cuando se vive en un paraíso natural, para hacer planes de futuro y, sobre todo, acordarse de O Grove y de los suyos.

También para reflexionar sobre cuanto está ocurriendo con la pandemia, la cual define como "un claro mensaje para que todos pensemos en quiénes somos, para que valoremos lo hermosa que es la tierra en la que vivimos y, quizás, para que nos demos cuenta de que todo es efímero y que debemos disfrutar de las cosas que realmente importan".

Desde su paradisíaco destierro la joven meca también hace un llamamiento al conjunto de la sociedad, para que "hagamos que cada vida que se pierde a cada minuto nos haga reflexionar sobre esta experiencia y nos haga estar agradecidos por todo lo que nos rodea".

Agradecida por el apoyo que le ha prestado la secretaria del Concello de O Grove, Mari Meis, el alcalde, José Cacabelos, y "AUssieYouToo", un grupo de apoyo que ofrece servicios gratuitos de asesoramiento para personas que quieren vivir, trabajar y estudiar en Australia, la grovense ofrece un mensaje especial de "ánimo, fuerza y cariño" a sus convecinos, con los que espera reunirse pronto.