Arriesgarse a incumplir el confinamiento supone enfrentarse a una sanción, pero hacerlo de forma reiterada es penado con prisión. Ese castigo lo sufrió ayer un vilagarciano de 47 años que detuvo la Policía Nacional por cuarta vez en la tarde del pasado jueves. El hombre fue sorprendido cuando se encontraba fuera de su vivienda sin motivo justificado, si bien se supone que pretendía formalizar una transacción de estupefacientes.

El hombre fue sometido ayer a un juicio rápido en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Vilagarcía, siendo condenado a cien días de prisión por desobediencia a las directrices fijadas en el Decreto 463/2020, con el que se declaró el estado de alarma en todo el territorio nacional para la gestión de la situación de crisis sanitaria provocada por el Covid-19. La condena le permite eludir la cárcel en estos momentos, pero queda supeditada a no volver a delinquir durante los próximos tres años. En caso de reiterar alguna conducta delictiva, deberá ingresar en A Lama.

La sentencia es una de las primeras de estas características que se dicta en Galicia desde que se declaró el estado de alarma y la primera en la comarca de O Salnés donde, durante la primera semana, no se habían registrado detenciones. También sorprende la inmediata celebración del juicio, y que tuvo lugar al día siguiente de la detención y la sentencia es firme, al haber acuerdo.

Los hechos por los que ha sido condenado se remontan al pasado 26 de marzo, cuando sobre las 18.30 horas, el hombre, de 47 años de edad, fue interceptado por una patrulla de la Policía Nacional después de salir del portal de la vivienda donde reside.

El detenido ya había sido sancionado administrativamente los días 16, 21 y 23 de este mes por incumplir el confinamiento y salir a la calle sin motivo aparente, por lo que la reiteración llevó a los agentes a detenerle y confinarle en la Comisaría, antes de pasar al juzgado para prestar declaración ante la juez.

La detención de este individuo responde al esfuerzo que están realizando los agentes de la Policía Nacional para evitar que los vecinos se salten el decreto de confinamiento dictado por causa del Covid-19.

La del individuo arrestado el pasado jueves ha sido la primera, pero probablemente no sea la última sentencia condenatoria si algunos se empeñan en incumplir la orden de quedar en casa.

Las sanciones a las personas que se saltan el confinamiento continúan incrementándose en todos los municipios, interpuestas por Policía Nacional, Guardia Civil o Policía Local. Las primeras que se impusieron en la comarca fueron en A Illa, donde se sumaron ocho en tan solo un día. Fue ese municipio el que abrió la veda, pero pronto le seguirían más al ver como un grupo minoritario de vecinos optaba por desobedecer las normas pese a la gravedad de la situación.