Al contrario de lo que ocurre en determinados centros sanitarios en los que falta material de protección contra el coronavirus, en el Servizo Municipal de Emerxencias e Protección Civil de Vilagarcía por ahora hay equipos suficientes para garantizar la seguridad de sus efectivos.
Por la dinámica del trabajo, los que más expuestos están son los voluntarios de la ambulancia, todos ellos titulados como técnicos de emergencias sanitarias. Alén Pérez es uno de ellos. Tiene 23 años y vive solo en un piso de Vilagarcía. Cuando acaba su turno y se va a casa, antes de entrar deja las botas fuera, en el rellano. "Nos damos una ducha, nos descontaminamos, ... Hay compañeros que tienen una casa pegada a la suya en la que dejan toda la ropa de trabajo y otros les dicen a su mujer que le espere fuera para cambiarse en la puerta. Son medidas estándar, nada excepcional diferente a las demás personas", relata el joven.
Desde que empezaron a registrarse los primeros positivos de Covid-19 en la comarca, es decir, ya antes de que se decretase el estado de alarma, la ambulancia de Protección Civil comenzó a funcionar las 24 horas del día. Siempre es movilizada por el 061 y en su interior van dos técnicos. Por el momento han trasladado a una quincena de pacientes con coronavirus o con sospechas de estar contagiados. Los servicios se realizaron en municipios como Vilagarcía, Caldas, Meis o Meaño.
El jefe de Protección Civil, Francisco Javier Guillán Busto, ha habilitado en la base de Agustín Romero una zona de cuarentena para el efectivo que quiera utilizarla o en previsión de que puedan darse positivos dentro del grupo. Por ahora nadie la ha estrenado; todos están sanos y sin síntomas, tanto en Emerxencias como en Protección Civil. "Es más fácil contagiarse fuera de aquí que en el trabajo porque seguimos a rajatabla los protocolos y tenemos EPI en condiciones", señala Alén Pérez.
Una mejora sustancial que ha sufrido el servicio en esta crisis es el montaje de un punto de descontaminación en el Hospital do Salnés: "Hasta ahora, cuando éramos movilizados por un posible Covid-19, la ambulancia tenía que estar tres horas inoperativa después de la asistencia para poder descontaminarla. Ahora ese tiempo podemos reducirlo a la mitad porque utilizamos ozono para desinfectarla en la zona habilitada en Rubiáns" explica el técnico.
Alén va a cumplir cinco años como voluntario de Protección Civil, una labor que compagina con su empleo como técnico de emergencias en el 061, en Santiago, siempre cumpliendo las doce horas de descanso entre un turno y otro.
A nivel psicológico, asegura que por el momento "estamos bien". ¿Miedo? "No, pero sí cierta tensión", confiesa el voluntario, uno de los muchos profesionales que están al pie del cañón en esta crisis.
Además de su labor sanitaria y asistencial, Protección Civil también alegra el confinamiento ciudadano con sorpresas como la que le dieron a Uxía en su 10 cumpleaños, y con homenajes a otros profesionales, como los que se hacen diariamente en el Hospital do Salnés, ambulatorio y residencia Divina Pastora.
