El afloramiento de primavera, que este año llegó con un par de meses de antelación y cogió por sorpresa al sector mejillonero de Galicia, provocando un cierre generalizado de bateas, está casi desaparecido. Las biotoxinas marinas han descendido tanto que únicamente quedan cinco polígonos bateeiros cerrados, por lo que hay casi medio centenar operativos. Tras levantarse la prohibición que pesaba sobre los dos últimos clausurados de la ría de Vigo, el Cangas F y el Cangas G, todas las bateas de estas aguas -cerca de medio millar- están de nuevo disponibles. Lo cierto es que, según los informes actualizados por el Intecmar a las tres de la tarde de ayer, únicamente está prohibido extraer mejillón en tres de los cinco polígonos de la ría de Pontevedra, como son el Bueu B, Bueu A1 y Portonovo C, en el de Baiona y en el Muros C, uno de los cuatro de Muros-Noia. Por lo demás, están disponibles un centenar de viveros de Ares-Betanzos y alrededor de 2.300 parques fondeados en la ría de Arousa. Aunque esta "limpieza" no sirve de mucho, ya que las operaciones de carga y comercialización del "oro negro" de batea están bajo mínimos.