Aunque en la comarca parece máximo el respeto a las normas de cuarentena y/o reclusión dictadas para frenar la propagación del coronavirus Covid-19, no es menos cierto que en el rural se respira un ambiente diferente.

Las aldeas parecen ir a otro ritmo, pues aunque también se respeta el confinamiento, es inevitable que muchos ciudadanos tengan que salir a la huerta o a las fincas para sacar a pastar al ganado, cortar hierba, atender a las gallinas o realizar cualquier otra tarea semejante.

Y no solo eso, sino que, como también se apreciaba ayer en diferentes parcelas de Ribadumia, Vilanova, Cambados y Meaño, algunos aprovechan para podar y atar las viñas.

No son muchos los viticultores que lo hacen, pero sí es cierto que los hay que aprovecharon la jornada festiva, al igual que la reclusión domiciliaria les viene bien para poner a punto sus plantaciones.

Zonas de cultivo de todo tipo, ya que también se veía ayer a ciudadanos que plantaban coles tanto en sus huertos como en fincas de labradío próximas a sus casas, por ejemplo en As Sinas, San Miguel, Baión o San Martiño de Meis.

Otros se encargaban de arar la tierra, preparándola para las próximas plantaciones, los había realizando talas y algunos arousanos incluso efectuaban quemas de restos agrícolas, a pesar de tratarse de una práctica también prohibida.