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La difícil tarea escolar sin colegio

Profesores, alumnos y familias se afanan para no descuidar el pulso de la formación

Un niño de Vilagarcía trabaja con la aula virtual de su colegio en casa. // Iñaki Abella

Una de las situaciones más complicadas que deja el confinamiento obligado por culpa del Covid-19 es la formación de los niños y jóvenes en período escolar, un problema que están afrontando desde los propios alumnos hasta los profesores y las familias. Aulas virtuales, grupos de whatsapp o correo electrónico son solo algunas de las medidas que se están empleando para que los niños y jóvenes no pierdan su formación. Hay que diferenciar entre los niños de Primaria y los jóvenes de Secundaria, porque el contacto con los profesores tiene sutiles diferencias.

En el caso de los alumnos de Primaria, el debate se centra en si enviar una serie de tareas reproductivas o más recreativas y dinámicas, que no trasladen el problema de la formación a las familias. Así lo entiende Javier García, profesor del colegio Viñagrande de San Miguel de Deiro, en Vilanova. "En mi caso, he creado un grupo de whatsapp con los padres para poder comunicarme con los pequeños; en él les planteo actividades orales sobre qué es lo que están haciendo, que vean que no están en la escuela, pero que la escuela no se olvida de ellos". García es partidario de actividades que "ayuden a las familias a afrontar estos días sin escuelas, buscando un equilibrio la educación y el resto de aspectos que tienen que afrontar en estos días". Insiste en que "no soy partidario de cargar a los pequeños con todo tipo de ejercicios porque trasladas un problema a la familia que no deben tener".

En el caso de los alumnos de ESO y Bacharelato se están utilizando canales de comunicación que algunos profesores llevan tiempo empleando. Ángel Rey, director del instituto cambadés Francisco Asorey, señala al aula virtual como una de las piezas básicas para mantener el contacto con los alumnos. "También hay profesores que utilizan la plataforma de mensajería a través de la que se solían comunicar las faltas o las notas, e incluso, los hay que recurren al correo electrónico". En este caso, Rey no se olvida de varios alumnos y familias que "están colaborando de forma activa y solidaria para que todos, incluso aquellos que no tienen ordenador o conexión a internet, tengan acceso a los contenidos que planteamos; se trata de que ningún alumno pierda el contacto académico".

Una de las grandes preocupaciones de Rey y de sus compañeros son los alumnos de 2º de Bachillerato, que en tan solo un par de meses, se iban a enfrentar a las pruebas de la EBAU para acceder a la universidad. "Estos jóvenes están muy inquietos, porque se acercaba una fecha en la que se iban a jugar muchas cosas y ahora todo son incógnitas". Reconoce que los profesores "estamos muy pendientes de ellos y los tratamos con especial cuidado para que tengan toda la información y puedan llegar preparados a la prueba". Al igual que García, Rey considera que el objetivo es que "no se pierda el contacto con la actividad académica"

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