Sara Rey Louzán es una vilagarciana de 21 años que estudia Magisterio en la Universidad Alfonso X El Sabio, en Madrid. Ayer estaba preparando las maletas para regresar a Galicia, después de que se hayan suspendido las clases en todos los ciclos educativos para intentar contener el avance del coronavirus. "Yo me encuentro bien -afirma- pero la situación aquí da un poco de miedo, no tanto por el virus, sino por como lo está tomando la gente. Hoy en los supermercados, había colas larguísimas y se veían estanterías vacías".

Esta arousana lleva cuatro años en la capital de España, y mañana estará de vuelta en Vilagarcía. "En realidad, ya tenía previsto volver, y no por el coronavirus. Pero al ver que se suspendían las clases, adelanté el viaje". Durante las dos próximas semanas seguirá las clases a través de una plataforma de internet en la que los profesores irán colgando sus lecciones, y las dudas se resolverán a través de correos electrónicos.

Se marcha de Madrid con la sensación de que los habitantes de la ciudad están temiendo que tarde o temprano el Gobierno ordene su aislamiento, como ya ha sucedido en Italia. "Aquí se está hablando de que puede llegar a pasar".

Según ella, en la ciudad se está haciendo vida más o menos normal, y no se ha notado una caída de afluencia ni en los espacios públicos ni en los medios de transporte. Pero, añade, "sí que se ve más gente con mascarillas por la calle". También se nota la preocupación en que, "la gente se aparta enseguida cuando ve a alguien toser o sonarse la nariz".

Preocupada por su abuela

Preocupada por su abuelaSara Rey Louzán está relativamente tranquila. Es joven, no sufre ninguna enfermedad que el coronavirus pueda agravar, y no ha estado en contacto con ningún infectado. Pero aún así, admite que cuando esté en su casa tendrá un cuidado especial con su abuela, que es una persona de edad avanzada. "Tomaré algunas precauciones, como no tocarla, no darle besos y lavar a menudo las manos". En el gobierno gallego también han recomendado a los mayores evitar en lo posible acudir a centros hospitalarios.

Asume también que cabe la posibilidad de que alguna gente la mire con temor en Vilagarcía, al saber que acaba de volver de Madrid, pero recuerda que "yo no vivo en el centro, sino en un pueblo que está un poco apartado, y estoy bien. Además, no estuve en contacto con ningún enfermo". De hecho, afirma que en la Alfonso X El Sabio hay multitud de estudiantes italianos y franceses, y que no se dio ni un solo caso del coronavirus de Wuhan.