La Consellería de Sanidade de la Xunta de Galicia ha activado el protocolo de actuación en el geriátrico de Ribadumia, después de que se produjese un brote de sarna en el mismo. La situación fue denunciada la semana pasada por la federación de asociaciones de usuarios de residencias, REDE.

Desde el geriátrico afirman que la situación está controlada, y que de las dos personas contagiadas, una ya está sana. Según fuentes oficiales de la empresa, la segunda permanece aislada, para evitar eventuales contagios, pero "saldrá en breve del aislamiento".

Los familiares de los usuarios de residencias emitieron el fin de semana un comunicado en el que cargaban con dureza contra la dirección del geriátrico, que pertenece a la empresa Domus Vi. Alegaban que eran tres los contagiados por sarna, y que también se había producido un caso de varicela zóster.

Según la asociación REDE, estos contagios se dieron en gran medida porque la residencia no contaría con el personal suficiente para atender en buenas condiciones a los usuarios.

La empresa niega las acusaciones, y plantea que, "la situación está bajo control". Según el servicio de comunicación de la firma, el brote de sarna -o escabiosis- se detectó el lunes pasado, procediendo ese mismo día a dar aviso al servicio autonómico de Epidemiología. Afirma que había dos contagiados, y que fueron aislados, al tiempo que se les inició el tratamiento y se le aplicaron medidas profilácticas a los trabajadores. La empresa añade que a uno de los usuarios ya se le ha levantado el aislamiento, y que lo mismo se hará en breve con el segundo.

Mientras, la Consellería de Sanidade anunció ayer a través de un comunicado que se había activado el protocolo en Ribadumia, y que el servicio territorial de inspectores estaba en contacto con el geriátrico de Ribadumia para conocer la evolución.

La sarna la produce un ácaro, y se manifiesta por un intenso picor por las noches, puesto que en ese momento el ácaro aumenta su actividad al aumentar el calor corporal. Puede generar lesiones en la piel.

La enfermedad se transmite por el contacto directo de piel con piel, pero no es inmediato. De hecho, ese contacto ha de ser prolongado y sostenido, durante al menos unos diez minutos, para que suceda el contagio. También puede transmitirse a través de la ropa de vestir, la de cama o de las toallas, aunque los expertos afirman que en ese caso se trata de contagios más infrecuentes.