Juan Ventura Martínez, párroco de San Vicente de O Grove y Simes (Meaño) recibió la carta con las recomendaciones de los obispos en su teléfono móvil el domingo por la mañana, de ahí que ya puso en práctica las medidas en algunas de las misas de anteayer. "La Iglesia tiene que ser responsable, y poner las medidas que sean necesarias para reducir al máximo el riesgo de propagación de la enfermedad", más teniendo en cuenta que muchos de los que acuden a los templos son personas de edad avanzada, y por lo tanto el coronavirus puede ser para ellos especialmente peligroso. De momento, la única medida excepcional tomada en Galicia ha sido el cierre de un centro cívico en Feáns tras darse varios casos.
Ventura Martínez recuerda que durante la epidemia de gripe aviar ya se había retirado el agua bendita de las pilas, "porque ahí todo el mundo, al entrar, mete la mano y el virus se transmite por el contacto".
En cuanto al rito de la paz, recuerda que no es obligatorio, y que sus feligreses lo sustituyeron poniendo la mano sobre el corazón y pidiendo a Dios que les diese su paz.