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Una orientadora: "La mayoría de alumnos están muy perdidos al acabar la ESO"

El colegio de los salesianos de Cambados invita a antiguos estudiantes del centro a hablar de su experiencia académica y profesional con los jóvenes de entre 15 y 16 años

Un momento de la charla de orientación celebrada ayer por la tarde en los salesianos de Castrelo. // Iñaki Abella

Al terminar la Educación Secundaria Obligatoria (ESO), los jóvenes tienen que tomar una decisión que puede condicionar grandemente sus vidas. ¿Seguirán estudiando o prefieren dejarlo y buscar un trabajo? Y en caso de optar por los libros, ¿se matricularán en Bachillerato o en un ciclo? ¿En cuál de ellos? "La mayoría de alumnos están muy perdidos al acabar la ESO y no saben qué es lo que van a hacer", afirma María Jesús Núñez, orientadora escolar en el colegio de los salesianos de Castrelo (Cambados).

Los adolescentes se enfrentan a una edad de entre 15 y 16 años a una decisión compleja, y aunque algunos ya sepan con claridad hacia donde quieren encaminar sus pasos, muchos otros lo desconocen completamente. "Cada vez les resulta más difícil elegir, porque tienen muchas opciones", añade la profesional educativa.

Los salesianos tienen desde hace años un programa de orientación para echarles una mano en la elección. Una de las actividades consiste en un encuentro al que invitan a antiguos alumnos de los salesianos, para que expliquen a los jóvenes sus trayectorias académicas y profesionales. "Nos gusta que sean antiguos alumnos, para que los de ahora puedan verse reflejados en ellos". La charla fue ayer.

Acudieron una ingeniera técnica de industria alimentaria, un soldador y electricista, un graduado en Derecho y el sacerdote Juan Ventura Martínez, que se encarga de las parroquias de San Vicente de O Grove y Simes (Meaño), y que recomendó sobre todo a los jóvenes, "que sigan estudiando".

La orientadora del centro sostiene que un aspecto que caracteriza a algunos de los ponentes es que en su juventud se formaron en varios oficios, y que en algunas ocasiones se decantaron laboralmente por el segundo. Con esto, María Jesús Núñez pretende que los jóvenes le pierdan el miedo al error, y acepten que, "tampoco pasa nada por equivocarse una vez".

"Son muy jóvenes. Pueden iniciar unos estudios, y después hacer otros. No pasa nada si uno empieza a hacer algo y resulta que descubre que no le gusta", considera Núñez.

En cualquier caso, en el colegio cambadés pretenden reducir al máximo posible el riesgo de equivocarse. Por ello, ya empiezan con las actividades de orientación en septiembre, y el objetivo es ofrecer a cada estudiante prácticamente una atención personalizada. "Queremos que ellos vayan conociendo sus capacidades, sus limitaciones y su personalidad. Conociéndose mejor pueden saber qué es lo que les gusta y lo que no, pero también aquellos empleos más acordes a su personalidad y a sus capacidades".

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