La fatalidad ha querido que el primer boletín del proyecto Inspección de Praias da Coruña (IPC) coincidiera con el episodio contaminante que hasta ayer había matado a, al menos, 150 aves en la costa atlántica gallega. El Grupo Naturalista Hábitat, responsable de ese proyecto, achaca este episodio a "dos sentinazos o vertidos, uno principal, con una sustancia viscosa tipo parafina, de color blanco-anaranjado, y otra de fuel, en algunos casos denso y especialmente patente en A Lanzada (O Grove)".

En esta primera Inspección de Praias da Coruña (IPC) el grupo naturalista Hábitat localizó muertos, hasta las 21.00 horas del día 3, un fulmar boreal, una gaviota patiamarilla, una tridáctila y una sombría, al igual que dos alcas, todas aún vivas pero manchadas de fuel, siete araos vivos, también afectados, y cinco muertos, y nada menos que 50 frailecillos, prácticamente todos muertos y manchados. Fueron 80 individuos de siete especies diferentes los localizados en esas primeras inspecciones llevadas a cabo en la costa coruñesa, incluidos lugares como la isla de Sálvora o Corrubedo, en la boca de la ría de Arousa. A mayores el grupo naturalista Hábitat recibía confirmación de nueve citas para 26 frailecillos afectados y muertos en la provincia de Pontevedra, más concretamente en Samil (Vigo), A Lanzada (O Grove), Mougás (Oia), Nigrán y lugares de Sanxenxo como las inmediaciones de la capilla de A Lanzada, Patos y Major.

A esos ejemplares afectados por el vertido hay que añadir los encontrados desde las 21.00 horas del día 3 hasta ayer por la noche. Y más que aparecerán.