El pacto PSOE-PP dice buscar como última finalidad "un gobierno conjunto en el que se tomen las decisiones por consenso, como si de un solo grupo se tratara, dándole la estabilidad necesaria en lo que resta de mandato para disponer de una amplia mayoría que permita llevar a cabo todo tipo de proyectos". Eso sí, cada grupo tendrá un local y tanto García como Caamaño tendrán su propio despacho y su propio juego de llaves del consistorio.